Un poquito de como educar a nueestros amigos los perros
Debemos tener en cuenta que cada perro tiene un papel a desarrollar en la convivencia con su dueño. Así, el que va a ser utilizado como guarda personal, defensa o trabajo deportivo debe ser "modelado" con otros parámetros que los del animal de compañía pero, dado que la mayoría de estos simpáticos cachorros van a caer en manos de familias normales sin excesivas pretensiones de especialización, detallaré el método más lógico- científico en la cría de nuestro amigo y que no se oponga en absoluto, al destino que, en su día, queramos darle. Quiero decir que, esta crianza, es la deseada como base para cualquier especialización futura.
El primer y principal trabajo consiste en enseñarle a nuestro cachorrito cual es su territorio y su puesto en el escalafón familiar. Él necesita, como nosotros, un rinconcito de privacidad propio dentro de todo el territorio de la "manada". Cuando entre en casa, enséñele cual es el sitio donde debe dormir, comer y ponerse a salvo de los niños propios y ajenos, esconderse de las visitas y eliminar el estrés que, cualquier perro-bebé, necesita con elevada frecuencia. Tenga en cuenta asimismo, que ese será su sitio hasta que cambiemos de casa y no trate, por falta de planificación, de cambiárselo caprichosamente.
Su puesto en la jerarquía familiar tratarán de enseñárselo los humanos más pequeños sin que usted deba impedírselo. Quizás la única precaución que deba tomar es prevenir que los "profesores" atenten contra la integridad física del perrito, dejándolo lisiado, en el propio afán de su magisterio. No solo es aceptable que los niños jueguen con el cachorro, hasta cansarlo, sino que lo preconizo.
La evidencia clínica enunciada por el etólogo español Xavier Manteca, muestra que, perros que no han tenido contacto con niños en los primeros meses de vida, son responsables en el futuro de conductas agresivas hacia ellos. Piense el lector que un niño es un cachorro humano y, por más que nos declaremos amantes del perro, su integridad es objetivo fundamental en el otorgamiento de nuestros cuidados parentales y que, cualquier atisbo de agresividad del cachorro hacia un menor, debe ser erradicado con contundencia.
En la vida del perro distinguimos varios periodos o etapas vitales:
– Periodo neonatal.
– Periodo de transición.
– Periodo de socialización o crítico.
– Etapa juvenil.
– Periodo de madurez.
Si el perrito nos ha sido vendido por un buen criador estará en el de transición o en el de socialización y, su carácter habrá sido modelado por él y por la perra. En este tiempo no debemos tratar de adiestrarlo ni enseñarle nada que requiera esfuerzo ya que es como un bebé al que no se le puede exigir que resuelva ecuaciones. Insisto en que solo debemos educarlo en la jerarquía y el territorio. Si el perro crece, sin tener claros estos conceptos, será un animal inestable y potencialmente peligroso.
Aparte de la inestimable colaboración de los infantiles profesores aficionados, nosotros, sus dueños adultos, trataremos de estimular su gregarismo y enseñarle su sitio y forma de actuación en nuestra familia.
A la hora de comer
El perro siempre debe comer en el mismo sitio y a la misma hora mientras dura su crianza. Jamás se le debe dar ningún alimento fuera de su escudilla o mientras comemos nosotros ya que esta sería la mejor forma de hacerlo un maleducado pedigüeño. La regularidad en la hora viene impuesta por su respuesta fisiológica. El perrito tiende a defecar pasados diez o veinte minutos de su comida. Sabiendo esto, no tenemos más que llevarlo, a esa hora, al sitio donde queremos que defeque de ahora en adelante. Cuando lo haga, alábelo siempre con las mismas palabras y en el mismo tono. ¡Muy bien! o ¡Bravo!.
Mientras se le suministra el alimento, los miembros de la familia y concretamente los niños, deben acariciarlo y jugar a quitarle la comida para posteriormente, devolvérsela. Con esto conseguiremos dos objetivos. El primero es aumentar la voracidad del animal incidiendo en su capacidad de alimentación per se (1) evitando uno de los problemas molestos para el dueño que ve inapetente a su perro adulto. El segundo es demostrar al cachorro que él se alimentará cuando nosotros queramos y no cuando le apetezca. Esta práctica de otorgamiento de recurso es una de las bases de la jerarquización temprana al igual que el suministro controlado del agua.
Algunos cachorros de tres o cuatro meses y de carácter excesivamente dominante, tienden a gruñir cuando tratamos de retirarle la comida. En ese caso, se le retira con más brusquedad a la vez que le golpeamos ligeramente en el hocico. Solo se le dejará comer cuando acepte este juego, incluso con los niños. Tenga en cuenta que, a esta edad el cachorro tiene muy poca capacidad de agresión y casi ninguna de provocar una lesión.
Cuando acepte de buen grado esta jerarquización, lo dejaremos comer a la vez que lo acariciamos y lo premiamos con la voz. Los niños, si los hay, deben estar siempre presentes en estas manipulaciones e intervenir como actores principales de la comedia.
Enseñándole la negación
El cachorrito aprende con facilidad a detectar el estado anímico de su dueño pero es necesario, enseñarle una palabra que él asocie a nuestro descontento. Esa palabra es. ¡NO!. Hay que dársela en un tono mas elevado que la de ¡Muy bien! y si pensamos que no la asocia con rapidez, la acompañaremos de un ligero golpe en el hocico (siempre con la mano).
Cuando crezca y, si le regañamos siempre por las mismas cosas y castigamos por los mismos desastres, conseguiremos que el perro entienda el bien y el mal sin tenérselo que explicar todos los días y de forma más contundente.
¿No puedo adiestrarlo en ninguna orden?
Bajo ningún concepto debemos enseñarle habilidad alguna hasta que haya completado su madurez psicofísica. Eso no quiere decir que no lo estemos educando constantemente en sus órdenes básicas como son el conocimiento de su nombre, la llamada y la sugerencia de que se retire a su sitio y no moleste.
Enseñándole su nombre
Debemos nombrar a nuestro perro con una palabra seca, sonora, corta y en las que aparezcan, a ser posible, las consonantes K, R, T y las vocales A , O. Diversos experimentos demuestran que una palabra onomatopéyicamente correcta, facilita enormemente la capacidad de comprensión y adaptación al lenguaje humano del perro. Uno de mis perros, Roco, ha llegado a entender cerca de cien vocablos (en diez años) pero he tenido que enseñarle, por ejemplo, que los pájaros de mi aviario se llaman KIKOS y la leña que él debe aportar a la chimenea son TRONCOS. Si le digo "Troncos a los kikos" comenzará a llevar leña al aviario hasta que lo felicite y libere de la orden. Esto parece cosa de brujas pero, realmente, es un condicionamiento básico aunque mantenido durante diez años.
Supongamos que hemos decidido que nuestro protagonista se llame, de ahora en adelante, TRUCO. Vamos a enseñarle a que venga y contacte con nosotros cada vez que emitamos ese sonido.
Llamando a "Truco"
Para enseñar a nuestro cachorro a que venga cuando nosotros querramos, debemos utilizar el Condicionamiento Operante, es decir, vamos a hacer una adquisición de hábito basada un poco en la paciencia y un mucho en la Ciencia. Llamaremos al perro con voz suave y jovial (nunca lo llame para castigarlo), acompañaremos la voz de ¡Truco! con unas palmadas mientras nos inclinamos hacia él y esperaremos a que "se le ocurra" venir.
Cuando esté a nuestro lado lo acariciaremos efusivamente e incluso, le daremos una pequeña porción de golosina. Para este trabajo necesitamos que el animal tenga hambre y que la golosina sea lo suficientemente pequeña para que no se sature su instinto de alimentación. Se sorprenderá de lo rápido que aprende a venir y de lo "listo" que es el alumno.
Supongamos que ya viene cada vez que lo llama pero que no toma contacto con usted, es decir, no llega a tocarlo sino que se mantiene medio metro alejado de su pantalón. Dejaremos de acariciar y acercaremos la golosina a nuestra ropa hasta que el hambre y la necesidad de caricias lo venzan y toque nuestra pierna. Inmediatamente le suministraremos su premio y le diremos: ¡Truco, muy bien!. Pocas repeticiones bastan para que lo entienda.
Insisto en que nunca llame al perro para castigarlo porque destrozaríamos, para siempre, el trabajo. Si hace una faena y, al llamarlo viene, debemos premiar su acción y olvidar la fechoría. Por otra parte, si decide castigarlo, no lo llame, vaya hacia donde está él y regáñelo con el ¡NO!.
¡No molestes, vete a tu sitio!.
Si desde que llegó a casa él tiene una manta, transportín, rincón o cualquier "pequeño territorio" donde se sienta a cobijo de calamidades, coma, duerma y se tranquilice, observará que la conducta de "retirarse" la ejecuta con espontaneidad. Solo tiene que inventar una palabra como ¡SITIO! y hacérsela llegar mientras él se retira. Cuándo se eche en su rincón, alábelo con ¡Muy bien, SITIO!. No se preocupe del tiempo que tarde en aprenderlo ya que usted está grabando en su "disco duro" palabras imborrables a lo largo de su vida.
En el siguiente artículo veremos la segunda fase de la educación de su cachorrito cuando este se acerca a su adolescencia. Mientras tanto no se canse de jugar con él y sobre todo, no impida que cualquier niño se le acerque e incluso lo toque y juegue aunque no sea de su familia.
(1) Los perros, como todos los animales gregarios, se alimentan per se y por actividad de alimentación.
La primera forma implica hambre y necesidad de recurso. La practica el animal que tiene una necesidad imperiosa de consumir alimento para cubrir sus necesidades biológicas.
La actividad de alimentación consiste en alimentarse porque ve hacerlo a los demás miembros del grupo aunque su necesidad de alimentación no sea perentoria. Suele ser una terapia adecuada el hacer comer a un perro inapetente junto a varios compañeros hambrientos de tal forma que, estos estimulen a comer al primero, con su amenaza de consumir su ración al acabar la suya.
TODO LO QUE DICES ESTA MUY BIEN Y SON COSEJOS DE LOS MAS SABIOS Y CIERTOS.
AUQUE A MI ME ACONSEJEJARON QUE DE BEBE A MI PERRITA NO LA COGIESEN NIÑOS YA QUE ES UN BELGA MALINOIS, (UN PERRO GRANDE BAMOS), Y POR LA SENCILLA RAZON DE QUE CUANOD SON MUY BEBES ELLOS SE SIENTEN UTILIZADOS,( YA SABEMOS QUE LOS NIÑOS LOS COGEN DEL RABO Y LOS LEBANTAN LOS ARRASTRAN Y ELLOS NO SE SIENTE UNO MAS SINO UTILIZADOS).
PUES BIEN YO LO HICE ASI YA QUE LA PERRITA LLEGOA MI CASA CON TAN SOLO UN MES O QUIZA ALGO MENOS Y ERA DEMASIADO BEBE, PERO SI LA DEJABA ESTAR CON NIÑOS AUNQUE NO DEMASIADO TIEMPO, UN RATITO PARA JUGAR EL PERRO Y EL NIÑO, Y DESPUES CADA UNO A SU SITIO.
YA CON UNOS TRES MESES DE EDAD LA DEJABA CONTINUAMENTE EN CASA, AUNQUE SIGUIA SIENDO PEQUEÑA EL TAMAÑO YA HABIA CAMBIADO MUCHO Y A LOS NIÑOS LES DABA MAS RESPETO Y NO ATOSIGABAN TANTO AL ANIMAL, YO NO TENGO NIÑOS PERO A CASA VIENE MUCHA GENTE QUE SI LOS TIENE, Y ESTOS JUGABAN Y JUEGAN CON LA PERRITA, YO ASI HE CONSEGUIDO QUE CUANOD LLEGA UN NIÑO A CASA LA PERRITA ES LA PRIMERA EN SALUDAR Y JUGAR UN POQUITO CON EL Y AL RATITO ELLA SE CANSA Y NOS DEJA A TODOS EN PAZ,
ESO SI UNA COSA MUY IMPORTANTE QUE YO CREO QUE HICE BIEN, A HABIDO MUCHA GENTE QUE AL LLEGAR A CASA ME IMPONIA QUE SACARA AL PERRO PARA QUE NO MOLESTARA Y ESO NO LO HICE NUNCA A NOS SER QUE FUESEN ALERGICOS A LOS ANIMALES, EN PRIMER LUGAR NADIE IMPONE LAS REGLAS EN MI CASA Y MENOS LA GENTE DE FUERA Y EN SEGUNOD LUGAR, LA PERRITA ES SUPER SOCIABLE YA QUE A ESO ESTA ACOSTUMBRADA, AUNQUE CLARO ESO LAS PERSONAS QUE NO LES GUSTAN LOS ANIMALES NO LO ENTIENDEN
NO SE SI LO HICE BIEN PERO YO ESTOY CONTENTA CON MI ANIMAL, AUNQUE SI CONOCEIS AL BELGA MALLINOIS YA HOS PODEIS HACER UUAN IDEA DE LO QUE TENGO EN CASA, "UN INCANSABLE ANIMAL"
yo tengo ese problema con mis sobrinas de 3 y 7 años,tengo que encerrar a los perros cuando vienen…me da una rabia…..creo que se me ha notado y ahora viene mi hermana a verme cuando ellas estan en el colegio,me siento culpable pero me alegro de que venga sola….yo tengo 3 hijos y ningun problema nunca,al reves,ellos sienten locura por los animales….
no te sientas culpable, si tu perro esta acostumbrado a esta con niños, da igual de quien sean, y no encierres a tu perro intenta que el perro se adapte a esos niños y los niños al perro, riñeles a los niños como si fueran los tuyos auqneu con un poco mas de cariño, no tiene por que pasar nada, tu hermana no deberia sentirse ofendida, mi herman tiene un niño y mi perra a veces cuando vienen hasta se esconde, je, je, es que es un niño que par que contar, mas activo que mi perra que ya es decir, peroyo le riño al niño y mi perra y no pasa nada mi herman lo entiende y ella a veces tambien le riñe a los dos, abiendo comunicacion no te sientas culpable y menos en tu propia casa.
yo casi me peleo con una gran amiga por mi otro perrito que por falta de uno tengo 2 y al final quedo en nada, quiza ay aprendi que era mi casa y que nadie podia mandar mas que yo, eso si intetno resperta al maximo a los demas, si los perros se ponen pesados que son casos menos dados en mi casa pues sique hasta yo me canso y los saco un ratito y luego a los dejo entrar, cuando entran ya estan algo mas tranquilos los perros,
ya..el caso es que los perros lo unico que hacen es recibir al que llega y luego a los dos minutos es como sino hubiera perros en la casa…el caso es que elllas no pueden se ponen a gritar solo con saber que estan en la casa….es muy mal trago para todos….la verdad…
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