Las atenciones y agasajos suelen dar buenos resultados a la hora de la conquista amorosa, pero hay ciertos casos en la naturaleza en los que no sólo garantizan un buen rato, sino que resultan una cuestión de vida o muerte. Investigadores de la Universidad de Toronto Scarborough han comprobado que las arañas macho que pertenecen a una especie australiana cuyas hembras practican el canibalismo se arriesgan a una muerte prematura a menos que contenten a sus compañeras con un cortejo no inferior a cien minutos. Curiosamente, en esta especie también hay machos «listillos» que se aprovechan de los esfuerzos románticos realizados previamente por algún congénere para quitar de en medio a su contrincante, evitar el examen previo que los dejaría en mal lugar y emparejarse con la chica.
El estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B., aporta nuevas conclusiones sobre los hábitos de apareamiento de las arañas venenosas Redback australianas (Lactrodetus hasselti), una especie de la familia de las viudas negras en la que las hembras son de mayor tamaño en comparación con los varones. Según la investigación, si el macho no invierte tiempo y energía suficientes en el cortejo, la hembra lo despreciará, lo matará antes del sexo y se apareará con su rival.
Machos «parásitos»
Ante este terrible peligro, los machos más débiles o perezosos han encontrado una manera de recoger los frutos sembrados por otro individuo «más romántico» y trabajador. El segundo en acción entra en escena cuando el primer galán ya ha hecho su trabajo y «actúa como un parásito del esfuerzo de su compañero», explica el científico Maydianne Andrade. «Uno de los resultados más sorprendentes del estudio es que las hembras no son capaces o no desean discriminar de quién proviene el cortejo», apunta Jeffrey Stoltz, coautor del estudio. Es decir, después de quedar satisfechas con el agasajo, les da igual uno que otro candidato, lo que favorece a los machos entrometidos que no quieren pasar el crudo examen de la hembra.
Según Andrade, esta investigación es la primera que ha podido medir el tiempo de atenciones que las arañas exigen a sus compañeros antes de la cópula y también la primera en mostrar que los machos aprovechan los esfuerzos reproductivos de sus rivales.
fuente: diario abc.