Es uno de los accidentes más frecuentes de la primavera-verano. Salimos con nuestro perro al campo y de pronto nos aparece con la lengua y los belfos inflamados porque ha decidido probar el sabor de una oruguita de procesionaria (Thaumatopoea pityocampa[/i:2cjc4bow]).
El pelo de estas orugas contiene una sustancia denominada Taumatopeina que provoca la liberación de histamina (mediador de la inflamación) en contacto con la piel. Se origina una reacción alérgica que provoca eritema, hipersalivación y picor. Dependiendo del grado de contacto del animal con la oruga los sintómas serán de mayor o menor gravedad. Desde un enrojecimiento leve a una inflamación aguda que oprima la laringe y provoque asfixia. Puede que lo que en un momento agudo apareció como enrojecimiento e inflamación se vaya necrosando con los dias provocando la pérdida de parte de la lengua o la boca y la imposibilidad del animal para comer o beber.
Lo primero que se debe de hacer en estos casos es lavar la zona con abundante suero fisiólogico o agua y acudir a un veterinario urgentemente.
Para prevenir estos accidentes evitemos que nuestros perros merodeen por pinos donde se observen nidos (son como grandes bolas de algodón gris en las ramas) y destruir los nidos y fumigar las zonas de pinos afectados de nuestra propiedad.