El hallazgo realizado por un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) revela además quetienen la capacidad de convertirse en prácticamente cualquier tipo de célula adulta especializada.
La medicina regenerativa ha abierto una nueva y puede que trascendental puerta para que en un futuro no muy lejano se puedan reparar las células y tejidos dañados de los pacientes con sus propias células sin generar rechazo, como un corazón infartado, y ofrecer así también una sólida esperanza para la curación de enfermedades como el alzhéimer, el párkinson o la diabetes.
Si el japonés Shin’ya Yamanaka (foto inf.) premio Nobel de Medicina en el 2007, fue el primero en devolver las células adultas a su primera infancia -o lo que es lo mismo, reprogramarlas en laboratorio para convertirlas en células madre embrionarias-, un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha dado ahora un nuevo salto al conseguir lo mismo, pero en un organismo vivo, lo que se ha logrado por primera vez en el mundo.
El hallazgo del equipo liderado por Manuel Serrano Marugán (foto inf.), que publica Nature, revela, además, que estas células madre embrionarias obtenidas directamente en el interior del organismo -en este caso de ratones-tienen una capacidad de diferenciación más amplia, lo que significa que tienen capacidad para convertirse en prácticamente cualquier tipo de célula adulta especializada. Tienen, en concreto, características de células Totipotentes, con lo que poseen la capacidad de dar origen a otros tipos celulares, un estado primitivo que nunca hasta ahora se había obtenido en laboratorio.
Los autores del trabajo incluso fueron capaces de inducir la formación de estructuras pseudoembrionarias en las cavidades torácica y abdominal de los ratones. «Este cambio de dirección en el desarrollo no se ha observado nunca en la naturaleza. Hemos demostrado que podemos obtener células madre embrionarias también en organismos adultos, y no solo en el laboratorio», explica María Abad, del equipo de Serrano, y primera autora del artículo.
Los científicos del CNIO entienden que las posibles aplicaciones terapéuticas de su trabajo aún tendrán que esperar, pero consideran que pueden significar un cambio de rumbo en las investigaciones con células madre en la medicina regenerativa o en la ingeniería de tejidos.
«El siguiente paso es estudiar si estas nuevas células madre son capaces de generar de una forma más eficiente distintos tejidos, como páncreas, hígado o riñón», subraya María Abad.
Fuente: La Voz de Galicia