Un Centro de Protección Animal de Texas, recibió dos animales abandonados el mismo día, un gato y un perro.
Adele, una gatita de apenas 4 semanas, y Chip, un cachorro de 5 semanas, fueron abandonados en las instalaciones de la asociación. Adele fue la primera en llegar y el equipo de voluntarios se puso en marcha para encontrarla una casa de acogida, pero cuando llegó Chip, su idea cambio. ¿Y si juntamos a los dos para que se den calor mutuo y crezcan juntos?
Tras este cambio de rumbo, cogieron a ambos y les metieron en una misma cama, y a los poco minutos estaban dormidos juntos, totalmente abrazado. Había surgido un vínculo único y especial, ya eran inseparables.