La acabo de leer y me hizo gracia , os la pongo a ver que os parece.
Los protagonistas de nuestra historia son un matrimonio que no ha podido tener hijos. Felizmente casados desde hace muchos años, con la llegada de la jubilación comienzan a sentir una sensación de vacío, sin nada con que llenar sus días. Dispuestos a buscar una solución, los ancianitos deciden la compra de una mascota que llene sus días de alegría.
Pero ellos no quieren ser como el resto de sus vecinos. Un perro o un gato son demasiado comunes, así que, siguiendo su pasión común por los reptiles, deciden comprar una boa. Dicho y hecho, acuden a una tienda especializada y se hacen con una cría de dicho reptil.
Al principio, debido a su pequeño tamaño, la tienen en un pequeño terrario. Pero como el animalito no deja de crecer y se han encariñado con él, deciden que circule libremente por la casa. Poco a poco la boa va formando parte de su vida cotidiana, durmiendo a los pies de su cama como si de un perro se tratara y, una vez alcanzado el tamaño suficiente, la serpiente comienza a acostarse en la misma cama, entre los dos ancianos, totalmente estirada como si de una persona más se tratara.
Parece que la boa se ha acostumbrado a la vida en comunidad con la pareja de ancianos cuando, de repente, un día pierde el apetito por completo y deja de comer. Tras 15 días sin que la boa pruebe bocado los ancianos, preocupados, deciden acudir a un veterinario con el animal.
El veterinario, vencida la sorpresa incial, se decide a examinarla en su consulta, ante el recelo del resto de clientes. Tras unos minutos de examen, decide hacer pasar al matrimonio a su despacho para explicarles la situación:
– Lo siento, pero esta boa no puede salir de esta consulta.
– ¿Que le ocurre doctor? ¿Tan mal se encuentra?
– Al contrario, se encuentra perfectamente. De hecho, lleva 15 días sin comer porque está acumulando apetito, con el objetivo de engullirles mientras duermen.
Los ancianos, horrorizados, no dan crédito a las palabras del doctor, que les explica como la boa no se acostaba entre ellos por cariño. Simplemente estaba midiéndose, comparando su tamaño con el suyo, esperando el momento de alcanzar la longitud suficiente para poder comerse a sus criadores.
jejeje no pasa nada master pero ya sabes que somos "puretas de los reptiles" y estas cosas no molan porque tenemos quelidiar con la gente que les odia y los repulsan…y eso es lo tipico que diria uno que no sabe…pa meter el miedo a la gente…pero vamos que por ti no es master
No pasa nada Tato, pero la primera vez que me contaron eso, hace bastantes años y ya no escuché nada más, me acuerdo que solo preguntaba que donde estaba el cabrón del veterinario, jajajaja, en mi caso fué con una molurus.
Hay que escribir un libro con la de chorradas que suelta la gente, jajajaja.