Iris estaba encerrada en una celda oscura y sin ventanas que media aproximadamente 8 por 16 pies, apenas del tamaño de un vestidor. Así es donde la chimpancé de 32 años fue encontrada en Chestatee Wildlife Preserve & Zoo, un zoológico sórdido en la carretera en Georgia.
Apenas unos días después de llegar a Save the Chimps, a Iris le presentaron a otro chimpancé rescatado llamado Abdul, e inmediatamente quedaron fascinados el uno con el otro.
Normalmente, esos acercamientos toman meses, pero para Iris y Abdul, fue amor a primera vista. Iris seguirá conociendo a más chimpancés y pronto tendrá la oportunidad de vivir en una gran isla con un montón de árboles y estructuras para trepar y jugar.
Después de años de confinamiento solitario y privación, Iris era un espectáculo triste. Estaba pálida y con sobrepeso, y sus piernas estaban mal desarrolladas.
Había perdido su diente canino, que probablemente se lo habían sacado para que fuera más fácil controlarla.
Pero gracias a un miembro de PETA, Iris ha visto por última vez este infierno.
PETA ha presentado denuncias legales ante varios organismos y les ha solicitado investigar las aparentes violaciones a las leyes de protección animal y de seguridad laboral de Chestatee.
Los zoológicos de carretera no tienen señales en el exterior que digan: «Precaución: animales maltratados adentro». Son trampas para turistas que los visitantes inconscientes mantienen funcionando al comprar entradas.