La galeruca ha vuelto a invadir la capital como todos los años en esta época, pero los vecinos de varios distritos aseguran que no recuerdan una plaga tan intensa como la que llevan soportando desde comienzos de agosto. Este insecto devorador de hojas de olmos, que en su estado adulto adquiere la forma de un escarabajo, no provoca ningún daño a las personas, pero puede resultar muy molesto cuando se cuela en las casas. Los sindicatos reprochan al Ayuntamiento “la falta de personal, de previsión y la tardanza en empezar a fumigar”, mientras que fuentes municipales argumentan que “no existen tratamientos preventivos eficaces”.
Las primeras quejas llegaron desde el sur y el este de la ciudad. Villaverde, Carabanchel y Moratalaz están siendo las zonas más afectadas, según un portavoz del Consistorio, pero ya hay vecinos del centro que se están sumando a la protesta. “Llevo más de un mes con bichos en mi casa. He llamado cuatro veces al Ayuntamiento para que vinieran a fumigar, pero no me han hecho caso”, cuenta Nieves Martín, una vecina del barrio de Argüelles que, en vista de la “inactividad municipal”, ha recurrido a una empresa de control de plagas, aunque es consciente de que esta “es una solución temporal”. Los técnicos le advirtieron de que si no se eliminaban todas las larvas de los árboles los escarabajos volverían a adueñarse de su domicilio.
En otro extremo de la capital, el teléfono de la Asociación de Vecinos La Nueva Elipa “no ha parado de sonar” desde hace unas semanas. “Sobre todo nos llama gente mayor asustada por la cantidad de escarabajos y larvas que invaden cualquier recoveco”, apunta Mario Tornero, secretario de la agrupación vecinal, quien reprocha a la Administración local que no se fumigara “en su momento” y que no se limpien “nunca” las “zonas interbloques y las áreas verdes”. Reconoce la existencia de plagas similares en años anteriores, “pero no tan dramáticas como esta”. “Por mucho que llamamos al Ayuntamiento, no nos dan soluciones y la concejala del distrito no asume la responsabilidad”.
Fuentes municipales aseguran que llevan “todo el verano trabajando para solucionar el problema”. Y argumentan que el motivo por el que todavía no se ha erradicado la plaga es que hay poblaciones privadas de olmos cuya conservación corresponde a sus propietarios. “Si no se realizan las actuaciones fitosanitarias necesarias y no se eliminan todas las larvas, la galeruca se reproduce muy rápido y acaba propagándose por las zonas que ya estaban desinfectadas”, explica un portavoz.
El insecto debilita la planta al impedir el proceso de la fotosíntesis.
La galeruca o galerucella luteola“puede llegar a afectar al 80% de las hojas de los olmos”, explica Mariano Sánchez, jefe de la unidad de Horticultura y Conservación del Jardín Botánico de Madrid. “Se alimenta de la clorofila y la savia, de manera que debilita a la planta porque le impide desarrollar correctamente la fotosíntesis”. Algo que, según señala, puede favorecer que otros insectos como los pulgones ataquen a los árboles “y los machaquen del todo”.
Fuente:http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/09/madrid/1410278485_617406.html