Sólo quien ama realmente a los animales puede entender el trabajo de Silvia Chirino de 61 años,que convive con 50 perros callejeros a los que cuida y alimenta para luego darlos en adopción. «Dicen que estoy loca pero para mí es una locura linda», cuenta.
Están por toda la casa.«Todo comenzó hace 15 años empecé con siete y luego se fue incrementando el número», dice Silvia. Ahora, ya jubilada, sólo se dedica a sus «amores».
Se acuerda del nombre de los 50. Muchos de ellos se basan en personajes que le gustan.
Su recomendación es clara: «No los compres, salvá una vida y tu mascota sabrá cómo recompensarte». Para eso hizo la página Amores en Adopción, donde sube fotos de cada uno de ellos y cuenta algunas de sus historias para que los posibles adoptantes los conozcan.
Cada vez que un nuevo perro llega a la casa de Silvia, ella lo lava, le saca las pulgas y garrapatas, lo castra y vacuna.
Una vez por semana sus amigas «bicheras» la ayudan a bañarlos a todos. Llenan fuentones con agua, los enjabonan y cepillan. «Terminamos muy cansadas y todas empapadas», dice entre risas.
Además, antes de su segundo paseo les da alimento balanceado. Cada uno de ellos tiene una comida especial según su edad y su situación.