Ese perro que está en una perrera o protectora, espera con muchas ansias el ser amado y tener un lugar calentito donde vivir, es por ello, que su capacidad de afecto y cariño es enorme, son extremadamente agradecidos con el regalo más pequeño que les puedas ofrecer, con sólo tener una camita en dónde echarse y pasar la noche, son los perros más felices del mundo. Tratarán de complacer a esa nueva familia que les dio una oportunidad de vida de la mejor manera.
Y no dejamos atrás su inteligencia, su capacidad de entendimiento es increíble.