El desayuno es una de las mejores comidas del día. Muchas personas luchan por encontrar una opción de desayuno sana y equilibrada debido a la desinformación nutricional.
Estos son los 3 errores más comunes que la gente comete al hacer el desayuno:
Se deshacen de las yemas de huevo
Las tortillas de huevos no son necesariamente el camino a una mejor salud. De hecho, algunas investigaciones han demostrado efectivamente que el consumo de huevos enteros reduce el riesgo de enfermedades del corazón cuando se consumen en cualquier lugar de 1 a 3 huevos por día. Las personas que comen huevos enteros tienen niveles más altos de HDL, y niveles bajos de LDL, lo que es beneficioso para eliminar el exceso de colesterol del cuerpo (a menos que tenga hipercolesterolemia, que afecta a aproximadamente 1 de cada 500 personas). De esta manera, el colesterol alimenticio no tiene el impacto literal que uno podría esperar sobre los niveles de colesterol en sangre. Comer colesterol simplemente no le aumentará el colesterol. Además, comer yemas grasosas y nutritivas, es más sabroso y más completo que comer simplemente las claras de huevo.
Se mantienen alejados de las grasas
¡Comer grasa no engorda! Si bien no todas las grasas son iguales, hay ciertas grasas que le hacen bien al cuerpo. Dentro de estas se incluyen el aceite extra virgen de oliva, aceite de coco sin refinar, manteca de pastoreo o mantequilla, aguacates, nueces y semillas, entre otros. Las grasas buenas pueden combatir la inflamación, le saciarán y mantendrán a su cerebro claro y en alto funcionamiento. Comer un desayuno proteico y rico en grasa también puede reducir el riesgo de diabetes y estimular su cuerpo para mantener un peso saludable. Además, las grasas buenas saben muy bien.
Confían demasiado en los carbohidratos
Sí, la mayoría de los alimentos tradicionales de desayuno son altos en carbohidratos, tales como waffles, pancakes, tostadas, cereales, etc. Pero, comer carbohidratos por sí solo no es una buena manera de preparar su cuerpo para el día, especialmente los carbohidratos que se encuentran en los cereales azucarados y la harina blanca. Confiar demasiado en los carbohidratos puede significar un aumento agudo de los niveles de azúcar en la sangre, dejándolo hambriento y de mal humor sólo a un par de horas después de comer. Para equilibrar los niveles de azúcar en la sangre, coma un desayuno que también equilibre de manera inteligente las proteínas y grasas. Eso le ayudará a mantenerse lleno todo el camino hasta el almuerzo, sin tener necesidad de consumir estimulantes de cafeína a media mañana. También tenga en cuenta que lo que come en el desayuno puede influir en su metabolismo durante todo el resto del día. Comer un desayuno balanceado que contenga grasas y proteínas, puede influir en su cuerpo para utilizar más fácilmente la energía, que con sólo carbohidratos.
La clave para un gran desayuno es comer alimentos equilibrados de manera inteligente, sin refinar. Algunas grandes opciones de desayuno pueden incluir:
- Yogur griego con miel, bayas y nueces
- Tostadas y 2 huevos revueltos (completos) con verduras cocidas en mantequilla saludable, aceite de oliva, o aceite de coco
- Durante la noche avena con mantequilla de anacardo, semillas de lino, semillas de chía, fresas, arándanos, canela y la leche de su elección.
- Cualquier batido refrescante rico en proteínas.