Actualmente tendemos a pensar que los alimentos son más nutritivos si se comen crudos. Esto normalmente es verdad, pero, se aplica siempre? Hoy os explicamos que no. A continuación algunos ejemplos:
- Zanahorias: Solo nos beneficiaremos de la totalidad de esa vitamina A si cocinamos previamente a la hortaliza. Las zanahorias contienen gran cantidad de betacarotenos, que luego en nuestro organismo se transformará en vitamina A.
- Tomate: El tomate es rico en vitaminas pero si queremos sacarle el máximo partido a su antioxidante estrella; el Licopeno. Debemos consumir tomate cocido. Así te beneficias de los antioxidantes que se pierden durante la cocción, polifenoles y vitamina C por ejemplo y los que se pierden en crudo, como el ya comentado licopeno.
- Espinacas: Son más nutritivas cocidas. Si se cocinan, se permite una mejor absorción del hierro, calcio y magnesio, ayudando así al fortalecimiento de nuestro sistema musculo-esquelético y en la prevención de enfermedades como la anemia ferropénica.
- Espárragos: Cuando los espárragos se someten a un proceso de cocción, se facilita la absorción de un antioxidante muy importante capaz de neutralizar la acción de los radicales libres; el ácido ferúlico.
- Champiñones: Cuando cocinas el champiñón libera mayor cantidad de potasio, un mineral muy importante para nuestros músculos y corazón.