Los Estados Unidos de América tiene una de las peores tasas de nacimientos prematuros en el mundo, actualmente se encuentra en el puesto 131 a nivel mundial.
Es conocido que el parto prematuro está asociado con problemas significativos durante la infancia y casi tres cuartas partes de todas las muertes infantiles. Desafortunadamente, incluso los bebés prematuros que sobreviven más allá de la infancia pueden conllevar a un legado de problemas de salud, tales como problemas de conducta, discapacidades del desarrollo neurológico que pueden variar de moderadas a severas y trastornos psiquiátricos, esto puede ocurrir en la mitad de los nacidos extremadamente prematuros, en el momento en que llegan a la edad escolar. Incluso hay evidencia actual, que demuestra que los nacidos muy prematuramente, durante la edad adulta tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades, entre ellas se pueden mencionar la diabetes y las cardiovasculares. Y los bebés no tienen que ser tan prematuros para presentar efectos a largo plazo. De hecho, en la actualidad se considera que los llamados nacimientos cerca del término entre las 36 o 37 semanas, podrían estar relacionados con problemas sutiles en el desarrollo. Entonces, ¿qué pueden hacer las mujeres embarazadas para disminuir este riesgo?
Se estudiaron 66.000 mujeres embarazadas para examinar si existe una asociación entre los hábitos alimentarios maternos y el riesgo de parto prematuro. Los investigadores compararon el llamado «prudente», que era más a base de plantas (verduras, frutas, aceites, agua, bebidas, cereales integrales, pan ricos en fibra) en comparación con la dieta «Occidental» o escandinava tradicional (aperitivos salados y dulces, pan blanco, postres, productos cárnicos procesados), y se encontró que el patrón «prudente» se asoció con una reducción significativa del riesgo de parto prematuro.
Se cree que inflamación desempeña un papel en el desencadenamiento del parto, por lo que una dieta caracterizada por el alto consumo de verduras, frutas y bayas puede reducir tanto la inflamación sistémica como local, de igual forma los bajos niveles de grasas saturadas, también estarían asociados con la reducción de la inflamación. ¿Algún alimento en particular?
Se considera que un porcentaje significativo de los partos prematuros están relacionados con infecciones y afecciones inflamatorias en el tracto genital. El ajo es bien conocido por sus propiedades antimicrobianas, y también tiene fibras dietéticas probióticas que alimentan a las bacterias buenas. Los frutos secos también están llenos de fibra y tienen actividad antimicrobiana contra algunas de las bacterias que se sospecha que juegan un papel en el parto prematuro.
Los investigadores estudiaron la ingesta de ajo, cebolla y frutas secas de cerca de 19.000 mujeres embarazadas, y de hecho, se observó una reducción en el riesgo de parto prematuro. En particular, el ajo se destacó por el lado de las verduras y las pasas por el de las frutas secas. Ambos se asociaron con un menor riesgo tanto de parto prematuro como de ruptura prematura de membranas, lo que significa la salida del líquido amniótico (antes de desencadenarse el trabajo de parto). Y no pareció ser mucho esfuerzo. La llamada «alta» ingesta de ajo, la cual estuvo asociada con el riesgo más bajo, era sólo un diente o más a la semana, y la ingesta de «alta» de pasas, se definió como una de esas mini cajas de bocadillos de pasas al mes.