La ballena azul es el animal conocido más grande que jamás haya poblado la Tierra. Estos majestuosos mamíferos marinos dominan los océanos con sus 30 metros de longitud y hasta 180 toneladas de peso. Solo su lengua puede pesar tanto como un elefante, y el corazón, como un automóvil.
Las ballenas azules alcanzan estas desorbitadas dimensiones con una dieta compuesta casi exclusivamente de un animal parecido a un camarón diminuto, el krill. En determinados momentos del año, una ballena azul adulta consume unas 3,5 toneladas de krill al día.
Las ballenas azules son ballenas barbadas, ya que desde su mandíbula superior se extienden unas hileras de placas córneas, llamadas barbas. Para alimentarse, estos gigantes tragan una enorme cantidad de agua y expanden la piel plisada de su garganta y vientre para absorberla. Después, usan su enorme lengua para expulsarla a través de las capas finas y superpuestas de la barba. Por último, se traga los miles de ejemplares de krill que se quedan dentro.
Bajo el agua, la ballena azul presenta un color completamente azul, pero en la superficie es más gris azulada con motas. El vientre tiene un tono amarillento debido a los millones de microorganismos que habitan en su piel. La ballena azul tiene una cabeza ancha y plana, y un cuerpo largo y estilizado rematado con aletas anchas y triangulares.
Las ballenas azules, presentes en todos los océanos del mundo, suelen vivir en solitario o en parejas, aunque ocasionalmente se las puede ver en pequeños grupos. Suelen pasar el verano alimentándose en aguas polares, para llevar a cabo prolongadas migraciones hacia el ecuador conforme llega el invierno.
Estas gráciles nadadoras recorren el océano a más de cuatro nudos, pero son capaces de alcanzar los 17 nudos cuando están inquietas. Las ballenas azules se encuentran entre los animales más ruidosos del planeta. Emiten distintos pulsos, gruñidos y gemidos, y se cree que, en condiciones óptimas, las ballenas azules pueden oírse entre sí a más de 1.500 kilómetros de distancia. Los científicos creen que, además de para comunicarse, emplean estas vocalizaciones, junto a su excelente oído, para navegar por sónar en las oscuras profundidades del océano.
Bebés descomunales
Cuando llegan al mundo, las crías de ballena azul ya se encuentran entre las criaturas más grandes del planeta. Tras cerca de un año en el útero materno, el bebé de ballena azul emerge con un peso de hasta 2,5 toneladas y una longitud de ocho metros. Durante su primer año de vida, se alimenta exclusivamente de leche materna y engorda unos 90 kilos al día.
Las ballenas azules se encuentran entre los animales más longevos de la Tierra. Los científicos han descubierto que pueden calcular la edad de un ejemplar muerto contando las capas de los tapones que tienen en el oído, que están hechos de un material parecido al cerumen. La ballena azul de mayor edad conocida, según este método, vivió alrededor de 110 años. Se calcula que la longevidad media está entre los 80 y los 90 años.
Se cree que actualmente entre 10.000 y 25.000 ballenas azules surcan los océanos de todo el mundo. A principios del siglo XX estuvieron al borde de la extinción debido a la caza intensiva que los balleneros llevaron a cabo para obtener su aceite. Entre 1900 y mediados de la década de los 60, se exterminaron alrededor de 360.000 ballenas azules. Finalmente, en 1966 la Comisión Ballenera Internacional determinó su protección, pero desde entonces su situación solo ha mejorado ligeramente.
Las ballenas azules tienen pocos depredadores, aunque se sabe que sufren ataques de tiburones y orcas, y muchas mueren o quedan heridas al chocar con grandes barcos. En la actualidad, las ballenas azules están clasificadas como especie en peligro de extinción en la Lista Roja de la Unión para la Conservación Mundial (IUCN, por sus siglas en inglés).
Fuente: http://nationalgeographic.es/animales/mamiferos/blue-whale