El ajo (Allium sativum) es una especie de planta tradicionalmente clasificada dentro de la familia de las liliáceas pero que actualmente se ubica en la de las amarilidáceas, aunque este extremo es muy discutible, y discutido.
Descripción
El ajo, cuyo nombre científico es Allium sativum, pertenece a la familia de las Alliaceae(ex Liliaceae y según algunos botánicos a la de las Amarillidaceae) y es originario de Asia central.
Es una planta herbácea, perenne (pero cultivada como anual), bulbosa y se cultiva prácticamente en todo el mundo.
El ajo está provisto de numerosas raíces superficiales. Las hojas del ajo son basales, envolventes del tallo. Las flores del ajo, cuando se forman, son portadas por tallos florales de 40-80 cm de alto, que llevan en el ápice una inflorescencia en umbela. Las flores son pequeñas portadas por pedúnculos cortos, son blancas tendentes al rojizo-rosa y no se abren a menudo y abortan en botón aún. Las semillas, se forman muy raramente.
La parte que nosotros utilizamos es el bulbo (o cabeza) encerrado por una decenas de hojas. Cada bulbo contiene 6 -14 dientes o bulbillos estrechados entre ellos y revestidos por escamas membranosas.
Distribución
El ajo es originario de Oriente Próximo, se conoce desde la antigüedad tanto por sus propiedades como por servir de condimento en otras culturas como la egipcia, griega, romana y árabe.
Propiedades medicinales
Las aplicaciones en la medicina herbaria del ajo son ampliamente conocidas y reconocidas, y se deben a su contenido de vitaminas, sales minerales, almidón, azúcar, crimina y muchas otras sustancias útiles para la nutrición. A pesar de que se le atribuyen múltiples propiedades, la investigación sobre esta planta es incesante y tiene aun un gran potencial dentro de la medicina.
Las aplicaciones farmacéuticas del ajo son amplísimas, y sus propiedades varían según esté cocido o crudo por la variación de sus compuestos al producirse un cambio de temperatura.
Usos:
- Dolor de oído: El aceite con ajos machacados se hierve, se cuela y luego se aplican unas gotas tibias.
- Reumatismo: Machacar ajos y aplicarlos en las partes afectadas Alivia los dolores reumáticos.
- Tos ferina: Ajos, en infusión con un poco de azúcar .
- Insomnio: Comer en la noche ensalada de ajos con lechuga .
- Lombrices: El zumo de ajo mezclado con leche es un gran remedio para expulsar las lombrices.
El ajo es la medicina natural adecuada para evitar la proliferación de las amebas y ser víctima de una amebiasis severa. El consumo constante de ajo evita que las amebas se multipliquen, pero si ya estos molestos parásitos están transitando por su organismo es recomendable tomar una copa de aguardiente con ajos molidos en ayunas durante tres días, esto garantizará la limpieza general de su sistema digestivo.
- Manchas en la cara: Machacar ajos y aplicar sobre las manchas. Comer un diente de ajo crudo al mismo tiempo, durante varios días.
- Mala digestión, tuberculosis, resfriados, bronquitis, asma, estreñimiento, enfermedades del hígado y riñones: Ha de consumirse crudo frecuentemente para suavizar muchos de los síntomas de estas enfermedades.
Para aliviar el dolor ocasionado por abscesos es un buen remedio la maceración y posterior cocción de 7 u 8 dientes de ajo, luego aplicarlos de forma externa sobre la parte afectada.
- Difteria: Consumir ajos en maceración, los cuales constituyen una cura efectiva si se toman con frecuencia.
- Acción expectorante: Tomar el zumo del ajo ayuda a expulsar con mayor facilidad flemas y mucosidad.
- Gota, reumatismo, diabetes: Comer ensalada de tomate con ajo triturado, con la mayor frecuencia posible. El ajo incrementa el nivel de insulina en la sangre.
- Diurético y antiespasmódico: Se recomienda tomar sopa de ajos, evitando echar una gran cantidad de sal en ella o incluso evitándola por completo. Se recomienda igualmente para combatir ciertos tipos de cáncer, estados de depresión y estrés.
- Antibiótico: Un cataplasma de ajo, combate numerosos hongos, bacterias y virus.
- Afecciones cardiovasculares: Su consumo habitual como condimento y especialmente cocido por su contenido de adenosina y ajoeno, reduce el bloqueo de las arterias, la presión arterial y el colesterol. Controla también los daños causados por la arteriosclerosis.
- Repelente: El ajo posee una sustancia que repele de forma natural a los mosquitos y que no puede metabolizarse, lo cual obliga al organismo a expulsarla a través de la transpiración. Esto crea una barrera natural contra los insectos que evita la exposición a los químicos presentes en los repelentes industriales que pueden afectar su piel.
- Diabetes: El ajo puede reducir el azúcar en la sangre e incrementar la liberación de insulina
Cultivo
Los requisitos ambientales para su cultivo son:
- Suelos con buen drenaje, preferentemente francos o algo arcillosos, ricos en materia orgánica y con humedad. Se adaptan con facilidad en suelos cultivados previamente con cereales
- Riego permanente hasta el período anterior a la cosecha.
- Fertilización superior a otras hortalizas
- Desmalezamiento del suelo, principalmente durante el primer período de germinación
- Temperaturas inferiores a los 17 °C
La plantación se realiza en invierno o principios de primavera, cuando el diente ya ha brotado y el nuevo tallo alcanza un 50% de la longitud del diente. Es importante seleccionar los dientes destinados a plantar, debiendo escoger los más sanos y representativos de la variedad para conservar sus cualidades.
Para conseguir los mejores resultados se prefiere la utilización de dientes grandes, de más de 4 g. Sin embargo, en zonas de regadío, el uso de dientes excesivamente grandes puede ocasionar el desarrollo de podredumbres, por lo que se recomienda la desinfección en seco con fungicidas (tradicionalmente se utilizan benomilo, vinclozolín, etc.).
La siembra puede realizarse manualmente o con maquinarias, depositando el diente en el suelo a una profundidad entre los 3 y 6 cm (una o dos veces el tamaño del diente). Se debe poner con la punta hacia arriba, para evitar deformaciones en la nueva planta. Otro aspecto a tener en cuenta para obtener una producción considerable es el distanciamiento adecuado entre hileras y entre una planta y otra. Aunque no es un cultivo que requiera de grandes superficies, el distanciamiento es importante para el buen desarrollo de los bulbos. El ajo cultivado en climas fríos adquiere un sabor más picante.
El momento adecuado para la recolección es en agosto y está determinado por el uso posterior que se dará a los bulbos. Si el objetivo es obtener semillas para una siembra posterior, deben cosecharse cuando las hojas comienzan a marchitarse. En cambio, si se destinaran al consumo, no hay que esperar a que las hojas se sequen completamente. El ciclo completo, desde la germinación hasta la recolección de los nuevos bulbos, tarda aproximadamente ocho meses.
Una vez finalizada la cosecha, los bulbos deben mantenerse en un lugar tibio, soleado y con buena ventilación durante dos o tres semanas, para que se sequen ocuren.
Los cultivos de ajo deben rotarse después de tres años como máximo, para evitar el agotamiento del suelo.
http://www.misabueso.com/salud/Ajo
http://www.elicriso.it/es/plantas_medicinales/ajo/
http://www.plantasnet.com/a/ajo/ajo.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Allium_sativum