El anís (Pimpinella anisum L.) es una hierba de la familia de las apiáceas originaria del Asia sudoccidental y la cuenca mediterránea oriental.
Características
Altura: La altura del anís es de entre 10 y 30 cm (4–12 pulg.). Tallo piloso, hueco, uniones con particiones. Aromática.
Flor: Corola regular (actinomorfa), blanca, de menos de 5 mm (0,2 pulg.) de ancho (flósculos externos a menudo ligeramente simétricos en espejo y más grandes que el resto), 5 pétalos, recortados, con punta curvada hacia adentro. Sépalos atrofiados. Cinco estambres. Pistilo de 2 carpelos unidos, 2 estilos. La inflorescencia es una umbela compuesta, 7-15 umbelas secundarias. Umbelas primarias sin brácteas abrazadas, umbelas secundarias filiformes o ausentes.
Hojas: Alternás, pecioladas, base similar a una vaina. Limbo de hojas basales en forma de riñón, de lóbulos poco profundos, aserrados. Limbo de hojas del tallo bi-tripinnado, folíolos lobulados.
Fruto: Esquizocarpo dividido en dos partes, en forma de huevo, aplanado a los lados, de 3–5 mm (0,12–0,2 pulg.), con pelos lacios adherentes, claramente aserrado.
Hábitat y distribución
Especia vegetal, algunas veces se vuelve silvestre en los alrededores de las viviendas, zonas de carga, terrenos baldíos.
El anís se distribuye por Asia sudoccidental y la cuenca mediterránea oriental.
Propiedades medicinales
Entre los principios a destacar del anís se encuentra el aceite esencial (anetol) que contiene sus semillas. Es utilizado como recurso para combatir los cólicos flatulentos y toda clase de trastornos digestivos.
Por otro lado, hay más compuestos a parte del anetol, como:
- Aldehído anísico
- Ácido anísico
- Terpeno
- Chavicol metileno
Cultivo
Suelo: Nos vamos a tener problemas con respecto al suelo de nuestro jardín. A la hora de prepararlo, lo mulliremos con energía (esto quiere decir que necesitaremos disponer de un suelo profundo) y con ello aumentaremos su permeabilidad y nos olvidamos de encharcamientos de agua y drenajes malos.
Clima: Para el cultivo del anís (Pimpinella anisum), necesitamos un clima templado o clima cálido. Básicamente buscamos una zona climática donde haya temperaturas altas en verano, sequedad ambiental (bajas precipitaciones) y buena iluminación. Con respecto a esto último, la luz, tenemos que asegurar que la zona donde lo plantemos no tenga sombra de otros cultivos de mayor tamaño, generalmente árboles de gran densidad de follaje. Una cosa más a tener en cuenta es el tema del viento. La zona donde lo cultivemos ha de estar protegida de la acción de vientos fuertes, pues el anís es una planta que acostumbra a encamarse(acostarse), como algunos cereales. Si esto ocurre, la calidad de la cosecha (por no hablar de la recolección), se verá afectada de manera importante.
Riego: Partimos de que, de forma tradicional y en grandes extensiones, el anís se riega a manta. Nosotros, que buscamos la eficiencia en nuestro jardín, podemos poner tanto riego por goteo como riego por exudación (si no sabéis de qué trata, algún día lo contaremos). Es importante que la tierra o sustrato estén húmedos en el momento de plantar. Ello aumentará enormemente las estadísticas de germinación. Los riegos irán en función del estado del cultivo, y debemos fijarnos en la capacidad de drenaje del suelo. Crearemos un bulbo húmedo con el sistema de goteo que abarque todo el conjunto de plantas, y mantendremos dicha humedad en todo momento.
Fertilización: Es importante mantener abonado el anís, sobre todo en las épocas de crecimiento y producción. El nitrógeno es un mineral muy importante para aplicar en las primeras fases del cultivo, aunque se debe fertilizar con este elemento en la época de floración o durante el cuajado. Con respecto a esto, hay que decir que la materia orgánica aplicada algunos meses antes de cultivar beneficia el desarrollo de cultivo, y completa las necesidades de abonado del anís (Pimpinella anisum).
Multiplicación: Aunque también se puede iniciar su germinación en semilleros preparados (cuidado, puesto que su trasplante puede ser complicado), lo más cómodo e ideal es realizar una siembra directa en el jardín o campo.
Se suele hacer cuando las temperaturas comienzan a ser apacibles, a inicios de primavera, siendo un requisito importante mantener la humedad del suelo (tempero) en todo momento, pues es crucial para salvar un porcentaje alto de germinación. En cuestión de 120 días (alrededor de 4 meses) podremos disfrutar de su cosecha y conservación de lassemillas de anís (entre julio y septiembre). Sabrás que es momento de recolectar sus semillas cuando la planta empiece a secarse. Se puede contemplar cómo los brotes comienzan a tornarse de color amarillo, la semilla se endurece. Una vez recogido las partes que nos interesan de Pimpinella anisum, lo ideal es ponerlas a secar en manojos lugares secos y ventilados durante varios días. Más tarde, su conservación se hará en envases sin humedad.