La higuera (Ficus carica) es un árbol frutal de la familia de las moráceas. Se trata de un árbol no muy alto pero de anchura bastante considerable, ramificado, con corteza de matiz gris claro.
Características
La higuera es un árbol caducifolio de unos 7 u 8 metros de altura como máximo, ramificado casi desde la base, con el tronco principal muy corto y ramas abiertas. Corteza de color gris claro y lisa. Es intensamente aromático y cuando sufre una herida, segrega un jugo lechoso. Yemas alargadas y puntiagudas, de color marrón. Hojas, grandes, alternas, ásperas al tacto, pecioladas y con un limbo de forma variable, por lo general con tres o cinco profundos lóbulos. Son de color verde vivo, algo más claras por el envés.
Flores encerradas en el interior de un receptáculo carnoso, más o menos redondeado o piriforme, provisto de un poro en el extremo. Las flores más próximas al poro son masculinas; el resto, la mayoría, femeninas, unas fértiles y otras estériles. Existen diferencias entre individuos en cuanto a la repartición de los sexos; en algunos predomina claramente la parte masculina (cabrahigos o higueras bordes) mientras que otros son casi funcionalmente femeninos (higueras de Esmirna).
El receptáculo continúa creciendo durante el desarrollo de los frutos; es el higo, que madura en verano. Los verdaderos frutos son los diminutos huesecillos que lleva en su interior. La polinización la lleva a cabo la hembra de un himenóptero (Blastofaga grossorum) que penetra por el poro para efectuar la puesta en el interior del higo, sobre las flores femeninas estériles. Algunos ejemplares producen en años favorables una segunda generación de inflorescencias. Quedan en el árbol durante el invierno y maduran a la primavera siguiente sin haber sido polinizadas; son las brevas. Temporalmente, aparecen en el año antes que los higos.
Hábitat y distribución
La higuera vive en el entorno de la región mediterránea y en zonas templadas del continente asiático, pero ha sido tan ampliamente cultivada desde antiguo y se asilvestra con tanta facilidad que es casi imposible determinar su región de origen.
Es indiferente al tipo de suelo, puede habitar incluso en las grietas de los roquedos y entre las piedras de los muros. Requiere aporte de agua, por lo que es común también en sotos de ríos.
Propiedades nutricionales de los higos
Los higos contienen abundantes azúcares -principalmente glucosa y fructosa – también sales de hierro, calcio, manganeso, bromo y numerosas vitaminas.
Las hojas y siconos verdes poseen un látex blanquecino; éste contiene una mezcla de enzimas proteolíticas, con acciones que luego veremos. Las hojas poseen unos compuestos llamados furocumarinas. En la antigüedad, a la higuera y al higo se le atribuían numerosas virtudes, de las cuales todavía se mantienen algunas. En principio se considera un alimento altamente energético por su rica composición en vitaminas y minerales. Además, es un buen laxante, propiedad que ya descubrieron los egipcios hace más de tres mil años. Otra virtud ampliamente aceptada en medicina popular se refiere a que es balsámico y pectoral, sobre todo para ablandar la tos.
La ficina, una de las enzimas que se encuentran en el látex, le proporciona propiedades antiinflamatorias y digestivas. Es un remedio indicado en estreñimiento, catarros, faringitis, irritaciones gastrointestinales e inflamaciones locales como gingivitis, faringitis, abscesos, furúnculos y quemaduras. Hay que tener cuidado con las hojas, ya que pueden producir dermatitis por contacto.
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http://www.rednaturaleza.com/plantas/higuera-ficus-carica