Las dendrobates necesitan grandes cantidades de alimento. Recuerde que son predadores relativamente activos que viven en un clima constantemente cálido y cuyo metabolismo es muy elevado (para una rana, claro). La mayoría de los cuidadores alimentan a sus ranas cada dos o tres días y las dejan que coman tanto como quieran. He visto casos de ranas con obesidad, por lo que es posible que éstas lleguen a sobrealimentarse. Es conveniente observarlas cuando comen y reducir un poco las raciones si vemos que tienden a inflarse tras la comida. Tenga cuidado de no confundir la obesidad con el estado de gravidez; las hembras preñadas jamás deberán ser subalimentadas. Aprenda a observar el comportamiento de sus dendrobates y tome notas para saber cuándo una hembra puede empezar a tener huevos.
Por desgracia, el alimento más recomendable de todos es el que se emplea con menos frecuencia. Me refiero a la diversidad de insectos (moscas, coleópteros, pulgones, pequeños saltamontes, etc.) que pueden obtenerse rastreando la vegetación con un salabre de malla muy fina (pueden conseguirse en cualquier empresa de suministros para biólogos, o construirse fácilmente con medios caseros). En el hemisferio norte, si se rastrean los matorrales y hierbas –apartados de las carreteras y los jardines para evitar la contaminación producida por coches e insecticidas– entre abril y octubre se pueden obtener cientos de pequeños insectos, así como algunas especies agresivas y de mayor tamaño que deberán ser descartadas. Evite las hormigas y los insectos de cuerpo demasiado duro; a pesar de que en la naturaleza las hormigas constituyen una parte importante de la dieta de las dendrobates, raramente las comen en el terrario. Lo que sí podemos darles son las pequeñas arañas y opiliones que puedan caer en nuestra red. No introduzca de una sola vez demasiados insectos en el terrario pues podrían llegar a ser un estorbo. A las ranas les encantan las moscas y los pulgones.
Muchos aficionados creen que no disponen de tiempo como para salir a capturar insectos, y se pasan muchas horas cuidando sus propios criaderos de insectos. El hecho de tener que criar drosófilas y grillos enanos, iniciar continuamente nuevos cultivos, y separarlos por tallas, es probablemente uno de los factores por los que muchos aficionados no se ven capaces de cuidar ranas venenosas durante mucho tiempo. Es fácil llegar a un punto en que uno se pasa más tiempo cuidando a las moscas y a los grillos que a las ranas. Además, siempre suelen pasar desastres que acaban con los cultivos de alimento vivo y nos obligan a buscar rápidamente un sustituto en el peor momento.
Drosófilas
Si usted ha asistido alguna vez a un curso de genética, seguro que habrá tenido que criar drosófilas. Son unas moscas pequeñas (algo menos de 5mm, según las especies), suaves y blandas que se cultivan en un medio con abundancia de levaduras. La fórmula clásica consiste en machacar plátanos muy maduros, mezclarlos con harina de avena o algún producto que le dé a la masa la textura adecuada, colocar la mezcla en una pequeña botella que se pueda tapar con un algodón, y cocerla en una olla a presión para eliminar todas las bacterias y hongos que pudiese contener. Cuando la masa se enfría, se le añade levadura viva y al cabo de un par de días se colocan un par de docenas de drosófilas. Éstas depositarán huevos de los que saldrán unas diminutas larvas blancas con aspecto de gusanos que horadan el medio de cultivo y luego se transforman en pupas fijándose a tiras de papel verticales. En función de la temperatura (cuanto más elevada, más se acelera el ciclo, pero con ciertos límites), la nueva generación de drosófilas tarda unas dos semanas en hacer su aparición. Actualmente es posible adquirir medio de cultivo para drosófilas preparado comercialmente, simplificándose el proceso. También se pueden obtener drosófilas ápteras o con alas vestigiales, con lo cual se facilita mucho la alimentación de las dendrobates, especialmente de las que viven en el suelo.
Las drosófilas silvestres se encuentran por todas partes, y para comprobarlo basta con dejar en el cubo de la basura una piel de plátano o el corazón de una manzana durante algunos días. Este sistema tan sencillo puede emplearse en casos de emergencia, o cuando los cultivos empiecen a fallar (tienden a ser atacados por hongos y otros parásitos) y haya que esperar algunas semanas a que llegue una nueva cepa de drosófilas. Algunos aficionados han conseguido tener suerte con un sistema que puede parecer prometedor
condiciones: Basta con colocar un trozo
de fruta en el terrario y soltar algunas drosófilas adultas para que empiecen a reproducirse. Sin embargo, dada la elevada humedad que hay en los terrarios para dendrobates, no sé cómo pueden conseguir evitar la aparición de todo tipo de hongos. Mejor no probarlo.
Conviene iniciar cultivos de drosófilas cada semana pues suelen durar un mes antes de empezar a agotarse, y vamos a necesitar muchas drosófilas. Estas moscas pueden adquirirse en algunas tiendas de animales, pero es frecuente que haya que encargarlas o que se deba recurrir a un suministrador de material para laboratorios de biología. Son baratas, pero dan mucho trabajo.
Grillos
El grillo que se suele comercializar es el Acheta domesticus, que es una especie europea que hace muchos años que se cría como cebo para la pesca deportiva. Los grillos adultos pueden adquirirse en la mayoría de tiendas de animales, pero aún se pueden obtener más baratos si se compran en grandes cantidades y directamente del criadero. Sin embargo, un grillo adulto tiene una talla similar a la de la mayoría de dendrobates y puede luchar ventajosamente contra ellas, por lo que solamente deberán emplearse los grillos más jóvenes y pequeños. A pesar de que algunos comercios suelen vender grillos recién nacidos, éstos son caros y delicados; además, vamos a necesitar grandes cantidades. Criar grillos en casa no es precisamente una actividad apasionante, pero muchos aficionados consideran que no hay más remedio que hacerlo.
Empiece por preparar por lo menos dos recipientes (pueden ser acuarios) de unos 40 litros, colocando una capa de unos 5 cm de arena húmeda en su interior y tapándolos con una cubierta de plástico o vidrio que ajuste correctamente. En cada instalación se colocará un plato plano con alimento para perros o gatos con elevado contenido de proteínas o, mejor aún, un alimento especial para grillos que contenga calcio y vitaminas. También pueden añadirse un par de hojas de lechuga. Algunos trozos de cartón ondulado enrollado (también puede emplearse el cartón en que suelen embalarse los huevos) serán muy útiles para proporcionar refugio a los grillos y reducir su mortandad. Coloque unos cien grillos adultos (con las alas totalmente desarrolladas) en cada instalación y manténgalos a una temperatura ambiental que no baje de los 25ºC.
Las hembras (reconocibles por el largo y fino tubo ovopositor que poseen en su parte posterior) empiezan a desovar en la arena húmeda al cabo de dos o tres días. Si tenemos de 50 a 75 hembras obtendremos realmente miles de huevos. La mayoría de los grillos adultos morirán al cabo de un par de semanas (por su edad), por lo que cuando ya lleven cinco o seis días en el criadero puede sacarlos y emplearlos para alimentar a otros reptiles y anfibios que tenga en casa –es una lástima desperdiciar los adultos dejando que se mueran de viejos después de efectuar las puestas.
A la temperatura ambiental normal, los huevos tardarán de 25 a 35 días en eclosionar, y por entonces verá cómo su instalación es invadida por diminutos grillos de color marrón. Antes de que nazcan es preciso eliminar todos los restos de alimentos que pudiese haber en la instalación y renovar los cartones colocando trozos del tamaño adecuado. También habrá que colocar un plato lleno con alimento para grillos (que contenga un suplemento de vitaminas y calcio), así como un par de hojas de lechuga. Los grillos recién nacidos suelen ocultarse bajo los trozos de cartón y, si se los coge con cuidado, es posible sacarlos del criadero, colocarlos en un frasco de boca ancha, y hacer que los grillos se desprendan dándoles unos golpecitos. Estos grillos deberán ser ofrecidos a las ranas lo antes posible y mientras aún contengan alimento.
Cuando los grillos alcanzan la edad de 15 días ya suelen ser demasiado grandes para la mayoría de ranas venenosas, por lo que pueden ser empleados para alimentar a otros animales y habrá que iniciar nuevos cultivos. Asegúrese de limpiar a conciencia los criaderos cualquier resto de alimento o de grillos antes de iniciar otro cultivo. Lo ideal es extender la arena del sol y al aire libre, y dejarla así durante un mes antes de volver a utilizarla. Este método da mucho trabajo y requiere un espacio considerable así como una temperatura ambiental elevada (a menos que se emplee una esterilla calefactora), pero funciona. Si usted inicia nuevos cultivos cada dos o tres semanas no se quedará nunca sin grillos recién nacidos, pero es muy probable que tenga que ir comprando nuevos ejemplares adultos dado que las ranas se comerán prácticamente toda su producción.
Otros alimentos
Las dendrobates pueden comer muchos otros alimentos, pero ninguno de ellos es fácil de criar o de adquirir, y todos pueden causarnos serios problemas. Las polillas de la miel son casi imposibles de criar con medios domésticos, tienen una piel muy recia, y son demasiado grasas. Los gusanos de harina son demasiado duros para las dendrobates, incluso los más pequeños. Las orugas pueden ser peligrosas, su piel es muy resistente y son demasiado grasas. Que yo sepa, no hay nadie que se dedique a criar pequeñas arañas para alimentar a las dendrobates, pero podría ser interesante probarlo (a pesar de que muchas arañas tienen ciclos vitales muy cortos). Y las hormigas, como ya hemos mencionado antes, es mejor olvidarlas. Si usted se limita a las drosófilas y los grillos, y los complementa con el “plancton de campo” que pueda capturar, dispondrá de una buena y variada alimentación durante todo el año.
Complementos
Acuérdese de espolvorear siempre todos los alimentos con calcio y un complejo vitamínico especial para reptiles. Las dendrobates están constantemente produciendo huevos y esperma, por lo que necesitan abundantes complementos de su dieta. La mala alimentación de los adultos suele traducirse en esterilidad de los huevos o deficiencias en los renacuajos, aunque los adultos parezcan estar sanos. El método más sencillo consiste en “rebozar” las moscas y los grillos a base de introducirlos en una bolsa de plástico que contenga vitaminas y calcio en polvo y sacudirla cuidadosamente. También pueden alimentarse los grillos con suplementos de vitaminas y calcio al menos dos días antes de emplearlos.
No se olvide de hacer esto tan sencillo.
Alimentos para los renacuajos
Los renacuajos de la mayoría de las dendrobates son omnívoros, es decir, comen tanto materia animal como vegetal. La mayoría de los renacuajos de Epipedobates y Phyllobates se alimentan principalmente de algas y detritos, por lo que pueden ser alimentados perfectamente con alimento en escamas para peces finamente triturado, especialmente si éste contiene materia vegetal. También aceptan alimentos líquidos en emulsión (preferiblemente con base vegetal) de los que se emplean para alimentar los alevines de peces tropicales. La levadura puede emplearse como alimento de emergencia, pero se estropea muy deprisa en el agua caliente de los renacuajos. Algunos criadores han tenido éxito con el empleo de infusorios (agua verde), pero es difícil obtener regularmente una buena cantidad y, además, los renacuajos crecen rápidamente y pronto necesitan alimentos algo mayores. Tampoco faltan quienes emplean básicamente espinacas hervidas y trituradas.
La mayoría de los renacuajos de dendrobates, y especialmente los de Dendrobates, se alimentan también de gusanos. Parecen gustarles especialmente las “larvas rojas” (sí, ya que no son gusanos sino larvas de quironómidos, pero a nuestros animalitos les da igual), y podemos dárselas vivas, congeladas, o liofilizadas, a condición de chafarlas para que liberen sus fluidos internos y los renacuajos puedan traspasar su cobertura quitinosa. En la naturaleza, muchos renacuajos parece que se alimentan de pequeñas larvas de mosquito que nadan libremente en el agua, por lo que éstas serían también una buena alternativa para los meses más calurosos. Además, las dendrobates adultas de muchas especies también son insaciables devoradoras de mosquitos, pues éstos abundan cerca del agua y su cuerpo es blando y apetecible. De todos modos, y dado que los mosquitos se desarrollan muy deprisa en agua caliente (como la de los renacuajos) hay que tomar precauciones para evitar una invasión doméstica.
Algunos renacuajos de dendrobates también aceptan gusanos tubifex, pero éstos suelen proceder de lugares de dudosa higiene (cloacas de grandes ciudades con clima caluroso) y pueden llegar a ser más peligrosos que útiles. A veces también aceptan lombrices de tierra trituradas (cuanto más finamente, mejor), pero nunca hay que usarlas como alimento básico.
Si puede montar un buen cultivo de colémbolos (si recoge un puñado de hojas del jardín y las mantiene calientes y húmedas no tardará en obtener miles de estos insectos casi invisibles), podrá emplearlos para alimentar tanto a los renacuajos como a las ranitas jóvenes. Si introducimos algunas hojas con estos insectos en un frasco con agua, los colémbolos (si recoge un puñado de hojas del jardín y las mantiene calientes y húmedas no tardará en obtener miles de estos insectos casi invisibles), podrá emplearlos para alimentar tanto a los renacuajos como a las ranitas jóvenes. Si introducimos algunas hojas con estos insectos en un frasco con agua, los colémbolos se quedarán en la superficie y podremos recogerlos con una cartulina para llevarlos al acuario de los renacuajos o al terrario de las ranitas (no se ahogan). Naturalmente, también podemos introducir las hojas con colémbolos directamente en el terrario de las ranitas y dejar que se reproduzcan libremente a su aire.
Como hemos podido ver, existen muchos alimentos adecuados para las dendrobates y lo único que necesitamos es disponer de tiempo para criarlos o capturarlos.
Fuente: mundoanimalia.com