El escinco bereber o argelino (Eumeces (Novoeumeces) algeriensis) es uno de los lagartos más sencillos de mantener en cautividad. Antaño muy común e importado en grandes cantidades, actualmente no es tan sencillo de encontrar, aunque ocasionalmente sigue siendo importado desde el Noroeste de África, de donde es originario. Es un escinco de aspecto más bien sobrio, sin colores demasiado llamativos, y además la reproducción en cautividad es muy complicada, por lo que actualmente no goza de demasiada popularidad, algo quizás inmerecido, pues según nuestras experiencias es un animal perfectamente válido para ser mantenido en terrario y muy interesante. En este artículo intentaré arrojar un poco de luz acerca del mantenimiento y cría del E. algeriensis en cautividad, y espero que con ello anime a los aficionados a adquirirlos, pues son animales muy interesantes.
Subespecies
En la actualidad el escinco argelino está dividido en dos subespecies: Eumeces algeriensis algeriensis y Eumeces algeriensis meridionalis.
Descripción
El escinco argelino cumple rigurosamente todos los requisitos que entendemos básicos para un animal perteneciente a la familia Scincidae, actualmente la más numerosa de todos los saurios. Es un animal de cabeza maciza, tronco robusto, cola larga y patas muy pequeñas, carácter poco pendenciero y dieta variada. Es muy similar a los miembros del género Tiliqua, aunque más pequeño, midiendo entre 30 y 43 cm. de longitud total. Son saurios macizos, pesados, aunque eso no les impide moverse rápidamente si la situación así lo requiere, a una velocidad que puede ser sorprendente. Todo su cuerpo está recubierto de escamas planas y suaves, cuyo color varía según la parte del animal: la superficie ventral suele ser amarillenta, mientras que el dorso es marrón o grisáceo, con franjas transversales negras y naranjas, las cuales se hacen más llamativas cuando llegamos a los flancos, aunque también tienden a transformarse en puntos en esa zona. Asimismo, pequeñas escamas blancas acompañan a las franjas. La coloración de la cabeza, grande y con forma cónica, sigue el mismo patrón que el resto del cuerpo. Cabe destacar que, aunque el naranja vivo se mantiene durante toda la vida del animal, los individuos jóvenes son más claros y llamativos que los maduros, adoptando unas tonalidades más grisáceas o amarillentas. Las patas son pequeñas pero fuertes, y acaban en cinco dedos. Son ideales para excavar y desplazarse bajo tierra. La cola es algo más larga que el resto del cuerpo y relativamente gruesa. Cabe destacar también la fuerza de sus mandíbulas, dotadas de una poderosa musculatura, ideal para romper los duros caparazones de muchas de sus presas, como escarabajos y caracoles.
Respecto al dimorfismo sexual, en individuos adultos es evidentísimo, al menos en los ejemplares que yo he visto: los machos son más grandes y mucho más “cabezones”, con cola más gruesa y colores más vivos. Sin embargo, en ejemplares más jóvenes es prácticamente imposible diferenciarlos a simple vista.
Alimentación
El escinco argelino, aunque lo que más les despierta el apetito son los insectos vivos (grillos, saltamontes, cucarachas), también aceptan frutas (plátano, sandía, melón) y verduras (lechuga, canónigos). De vez en cuando es mejor mezclar estos alimentos con suplementos de calcio y vitaminas.
Distribución
El Escinco algelino es típico de la región noroeste del continente africano, concretamente de Marruecos y Argelia, donde habita todo tipo de parajes. Parece ser que también habita en Melilla, aunque es muy raro en dicho lugar. Su hábitat preferido parece ser el conformado por el monte bajo, los prados y el matorral, con sustrato pedregoso. Sin embargo, son muy adaptables como en casi todos los aspectos y los encontramos también en campos de cultivo, jardines, arenales… Lo más importante para estos escincos a la hora de elegir lugar de residencia parece ser la presencia de agua: si ésta no está presente, no los encontraremos.
Comportamiento
El escinco argelino es un animal de carácter bastante amigable. En cuanto a mansedumbre no tiene nada que envidiar a otros reptiles conocidos por los aficionados a la terrariofilia, como los Tiliqua o los Pogona. Entre ellos suelen comportarse bastante bien, aunque suelen preferir una existencia solitaria, reuniéndose tan sólo para reproducirse. Eso no quiere decir que no puedan mantenerse varios ejemplares (preferiblemente una pareja) en un mismo terrario, ya que convivirán perfectamente, como es nuestro caso. Lo que no debemos hacer es reunir en un mismo espacio a dos machos adultos, ya que no suelen llevarse bien, y podría haber escaramuzas.
El comportamiento tranquilo de Escinco argelino facilita al propietario el interactuar con ellos, por ejemplo a la hora de la alimentación, y comerán todo tipo de alimentos directamente de la mano o de las pinzas. Además, cuando se les manipula no suelen intentar morder. Aún así, en ejemplares recién capturados o tímidos podemos observar un comportamiento algo más beligerante, y hay que ir con sumo cuidado de que nuestros dedos no sean alcanzados por sus mordiscos: no hay que olvidar que tienen unas mandíbulas muy fuertes, y podrían hacernos daño.
Un día normal en la vida de el Escinco argelino se compone básicamente de búsqueda de comida, asoleamiento y tiempo que pasa escondido en su madriguera.
Son diurnos, y pasan ocultos las horas más calurosas del día, así como toda la noche. Son animales bastante tranquilos, de vida relajada. Eso, sin embargo, no les impide responder con gran rapidez a la presencia de los depredadores, huyendo a un lugar seguro con una rapidez asombrosa.
Estos animales tienen unos hábitos excavadores bastante marcados. En libertad suelen esconderse en muros de piedra pero también construyen madrigueras en las que guarecerse, con entradas normalmente bien resguardadas, escondidas entre los arbustos, lo que garantiza su seguridad. En el fondo de dichas madrigueras el túnel excavado suele ensancharse hasta formar una cámara que el animal considera su “hogar”, en la cual descansa tranquilamente al resguardo de depredadores e inclemencias meteorológicas, y que es lo suficientemente grande como para que pueda darse la vuelta.
A lo largo del año los escincos bereberes suelen tener grandes cambios en su comportamiento: la época del año más activa es la primavera, en la cual no paran quietos, se reproducen y buscan alimento a todas horas. Esta frenética actividad va menguando a medida que avanza el verano y pasan cada vez más tiempo escondidos, para mantenerse en ese estado prácticamente todo el otoño y el invierno. Durante el invierno, con las bajas temperaturas, entran en una especie de letargo, aunque no duermen todo el tiempo, sino que simplemente están inactivos. Si las condiciones meteorológicas cambian y vuelve el calor en un momento dado, se despiertan y vuelven a su actividad normal en poco tiempo.
Reproducción
La cría en cautividad del escinco bereber es, desgraciadamente, muy escasa. Son pocos los aficionados que la han logrado con éxito y en la mayoría de los casos se ha logrado tan sólo forma esporádica, y con un índice de nacimientos y supervivencia de las crías muy bajo. No sabemos el verdadero por qué de esta dificultad, pero lo que está claro es que existe. Hemos leído acerca de varias crías exitosas de aficionados alemanes, pero en general el éxito es muy pequeño con esta especie en lo que a reproducción se refiere.
La hembra de la web iguana.com lleva poniendo huevos todos los años desde hace varias temporadas. Los ejemplares fueron comprados siendo ya adultos, así que es posible que ya se hubieran reproducido en libertad. Los huevos eran puestos en un número muy variable, pero siempre acababan estropeándose. Además, con una rapidez sorprendente. Tardaban sólo unos pocos días en arrugarse y echarse a perder. Se probó con múltiples sustratos de incubación (vermiculita, turba, arena mezclada con tierra) y diferentes métodos, ya fueran a temperatura ambiente o en incubadora. Todos los intentos desembocaron en un rotundo fracaso. Finalmente, este año adaptamos como incubadora una vieja nevera, que ya habíamos comprobado que funcionaba perfectamente incubando huevos de Eublepharis macularius, Heterodon nasicus y Furcifer pardalis. La nevera está calentada con una lámpara cerámica situada en su parte inferior y el aire se remueve con la ayuda de un pequeño ventilador de ordenador. Esto permite mantener el aire a diferentes temperaturas en toda la incubadora, lo cual es muy útil para incubar huevos de especies que requieren temperaturas de incubación algo distintas.
Nuestra pareja de Eumeces algeriensis pasó todo el invierno a temperatura ambiente, con una media de unos 15ºC (estaban en interior), medio aletargados, y se mantenían escondidos, aunque se les podía ver de vez en cuando. Comían bastante poco durante este periodo de tiempo pero cuando empezó a subir la temperatura volvieron a su actividad normal con rapidez.
Nuestra hembra quedó preñada aproximadamente a mediados de febrero. No observamos marcas de cópula y lo único que nos podía indicar su estado era que empezó a engordar con gran rapidez, además de que su apetito se acrecentó enormemente, pareciendo un auténtico pozo sin fondo y demostrando cada vez más preferencia por alimentos de origen animal, sobretodo insectos. No variamos el régimen de alimentación, y la hembra siguió recibiendo comida cada dos días, aunque sí es verdad que aumentamos las cantidades. Para asegurarnos que comía lo suficiente le ofrecíamos los insectos, frecuentemente rebozados en vitaminas y calcio, directamente con pinzas, para evitar que el macho le quitara su ración, ya que también es un animal muy voraz.
La hembra eligió como lugar de nidificación un tupper con fibra de coco húmeda que introdujimos en el terrario, y que camuflamos semienterrándolo en el sustrato y colocando a su alrededor troncos y, encima, una losa de roca. La hembra lo admitió enseguida como refugio y depositó en él los huevos. La puesta se produjo el cinco de mayo, y dos días antes la hembra había perdido completamente el apetito, refugiándose permanentemente en el tupper dispuesto para la puesta. Ese día, depositó semienterrados ocho huevos enormes, de más de 40 mm. de longitud. Parecía increíble que ese animal pudiera poner tantos huevos y además tan enormes. No hizo falto retirar al macho del terrario para que la hembra pusiera los huevos, ya que después de varias puestas a lo largo de los años, nunca se interesó por los huevos, y no lo consideramos peligroso para su viabilidad.
Los huevos los depositamos en la parte superior de la nevera que utilizamos como incubadora, donde la temperatura era de 29ºC. Decidimos utilizar como material para la incubación la misma fibra de coco que habíamos usado para el tupper de nidificación. Así, cogimos un poco de sustrato, lo humedecimos con cuidado de no mojarlo demasiado y lo introducimos en un pequeño recipiente de plástico en el cual previamente habíamos realizado algunos agujeros laterales para favorecer el intercambio de oxígeno. Una vez el recipiente estuvo listo cogimos los huevos, con cuidado de no darles la vuelta (los huevos de reptil pueden echarse a perder si se les da la vuelta) y los depositamos medio enterrados en el sustrato, dejando su parte superior al descubierto para controlarlos con facilidad.
Pasaba el tiempo y pudimos comprobar que los huevos, al contrario que en anteriores ocasiones, que se habían estropeado con rapidez, permanecían en un perfecto estado, sin arrugarse y perfectamente blancos. Parecía que el éxito estaba cerca. Y así era: el 26 de junio, tras 52 días de incubación, los huevos empezaron a eclosionar y, en menos de 48 horas, todos estaban abiertos. Por fin habíamos logrado en cautividad, tras varios intentos frustrados, la reproducción de una especie complicadísima.
La longitud media de los neonatos era de alrededor de 12 centímetros de longitud y pesaban entre 8 y 10 gramos. Cuando los huevos eclosionaron dejamos a las crías en la incubadora durante unas horas para que reabsorbieran el saco vitelino en un ambiente perfectamente limpio y húmedo. Tras eso, fueron trasladados a un recipiente de plástico de gran tamaño, equipado con un spot, un tubo emisor de UV, dos tejas como refugio, viruta de madera como sustrato y un platillo de poca altura como bebedero. Los jóvenes eran pulverizados diariamente, aunque muy ligeramente. Desde el principio mostraron su predilección por esconderse debajo de la teja situada debajo del spot, por lo que parecían auténticos amantes del calor, dado que las temperaturas por estas fechas eran muy altas, y ellos sin embargo parecía que nunca tenían suficiente. No mostraron agresividad ante ellos, aunque cuando se les manipulaba algunos ejemplares si abrían la boca en señal amenazadora.
Los jóvenes escincos demostraron ser tan adaptables como sus padres, y desde que tenían unos pocos días empezaron aceptar diversos insectos como alimento: grillos, runners, tenebrios, larvas de polilla de la cera… Parecía que el movimiento les estimulaba para cazar. Les ofrecíamos también fruta variada troceada, pero no le hacían mucho caso. Enriquecíamos la comida con calcio y vitaminas, y los buenos cuidados se tradujeron en un crecimiento extraordinariamente rápido, lo que era muy llamativo. Por lo tanto, podemos afirmar que su mantenimiento es muy sencillo y que su desarrollo no se verá negativamente afectado si los mantenemos más o menos como si fueran adultos.
En cautividad
A la hora de comprar cualquier animal deberemos tener bien claro todo lo referente a sus necesidades para poder cuidarlo de la mejor manera posible y que disfrute de una larga vida. Afortunadamente, E, algeriensis es una especie dura y resistente, e incluso aficionados sin la más mínima experiencia pueden mantenerlo adecuadamente siguiendo unas bases concretas, que describiré a continuación:
- Terrario: Los escincos bereberes son animales que se acostumbran rápidamente a ser mantenidos en casi cualquier terrario. Nuestros ejemplares han ocupado diversos terrarios a lo largo de su vida, algunos en los que desgraciadamente no podíamos proporcionarles las mejores condiciones (como tuppers y similares) y, sin embargo, han evolucionado bien en todos ellos, dando muestras de una resistencia enorme. Actualmente los tenemos instalados definitivamente en un terrario de obra de aproximadamente 50 x 80 x 50 cm. (largo x profundo x alto) y los animales parecen felices. Lo importante en estos animales, que no trepan, es la superficie del terrario, y cuanto mayor sea, mejor. La altura es secundaria. El terrario se puede construir de cualquier material, ya que al no necesitar altos niveles de humedad, podemos utilizar materiales que en terrarios donde el agua tenga más presencia no podríamos usar. Podemos utilizar vidrio, metacrilato, madera… Nosotros optamos por incluir su terrario en nuestra batería de terrarios de obra.
- Sustrato: Después de haber utilizado diversos sustratos (papel de cocina y de periódico, viruta de madera, fibra de coco, etc.), hemos llegado a la conclusión de que el mejor sustrato posible para estos animales es la tierra arcillosa mezclada a partes iguales con arena de obra. Se trata de un sustrato baratísimo, extremadamente duradero, muy atractivo y que se asemeja bastante a lo que encuentran estos escincos en su hábitat natural. Tiene la gran ventaja de que se compacta si se humedece, lo que es importante para que estos animales puedan excavar sus galerías sin peligro a que se desmoronen sobre sus cabezas. Lo ideal es colocar una capa generosa, de al menos 10 cm. de tierra mezclada con arena, para que puedan dar rienda suelta a sus hábitos excavadores. Hay que tener cuidado a la hora de recoger la tierra y elegir el lugar con atención, porque si está contaminada podemos acabar con la vida de los escincos. Por eso, hay que recogerla sólo en lugares donde estemos seguros al 100% de la calidad de la tierra. Si tamizamos la tierra y después la mezclamos con la arena obtendremos una mezcla fina y homogénea muy atractiva. Sin embargo, a los animales no les importará si está mezclada con piedrecitas, ya que en su hábitat natural es lo normal. Eso sí, queda mucho más atractivo un sustrato uniforme que otro más heterogéneo. También podemos utilizar la técnica del tamizado para limpiar el sustrato de excrementos, restos de comida, pieles…Un colador normal y corriente nos servirá a la perfección para este cometido.
- Decoración: En el terrario dedicado a los escincos argelinos podemos utilizar casi cualquier elemento que se nos ocurra. Lo más importante, sin embargo, son los refugios: son imprescindibles. Lo ideal es que haya varios, sobretodo si hay más de un animal en el terrario. Nosotros utilizamos tejas, y además tenemos un tupper de plástico con fibra de coco y arena mezcladas que mantenemos siempre húmedo, para que los animales se metan dentro cuando les apetezca. Esto sirve, por ejemplo, para que muden correctamente. Nuestros ejemplares lo utilizan a menudo, sobretodo la hembra, que lo utiliza también para desovar. Respecto al resto de elementos decorativos, podemos utilizar piedras, troncos… Las piedras planas son especialmente apreciadas, sobretodo para asolearse. Lo que tenemos que procurar es que todos estos elementos estén bien limpios antes de introducirlos en el terrario, no vaya a ser que estén infestados de parásitos o algo similar. Tenemos que tener también cuidado a la hora de colocar los objetos pesados y asegurarlos bien, porque un desmoronamiento de piedras o la caída de un tronco puede acabar con la vida de los animales mantenidos en el terrario. Las plantas vivas son muy atractivas, pero en un terrario habitado por animales de hábitos tan excavadores como es el que nos ocupa, no disfrutarán de una larga vida. Nosotros intentamos mantener algunas, pero fue imposible, ya que a todas horas eran desenterradas o aplastadas. Si aún así no queremos renunciar al verde de la vegetación nos queda la opción de las plantas artificiales: en el mercado hay muchas disponibles, algunas de ellas fabricadas con un gran realismo.
- Humedad: No parece éste un factor demasiado importante en esta especie: nosotros los pulverizamos ocasionalmente, pero ni siquiera con una regularidad concreta, y parece que esto no afecta a los animales de ningún modo. Lo que sí tienen los animales en todo momento disponible es un platillo con agua que cambiamos todos los días y un refugio húmedo, que ya he descrito anteriormente. El recipiente con agua puede ser pequeño, pues son animales que no se bañan nunca. Ni siquiera les agrada que se les pulverice, por lo que si decidimos pulverizar el terrario intentaremos evitar hacerlo directamente sobre ellos.
- Iluminación y calefacción: Estos factores ya son más importantes. Lo ideal es que el terrario esté a una temperatura y que después haya algún punto caliente, al cual los animales acudirán a calentarse si así lo necesitan. Nosotros tenemos muchos terrarios en la habitación, por lo que durante todo el año tenemos una temperatura media bastante alta. El único elemento calefactor que tenemos en el terrario de los Eumeces es un foco de 40 vatios, que permite que bajo él haya una temperatura de unos 40ºC, más o menos. En el resto del terrario la temperatura suele ser 24 – 26ºC, aunque en verano suele hacer más calor, que no parece que les afecte negativamente, aunque permanecen más tiempo escondidos. El foco no permanece encendido todo el día, sino que se enciende sobre las 10 de la mañana y se apaga sobre las cinco y media de la tarde. La iluminación, compuesta por un fluorescente 5.0, se enciende sobre las ocho de la mañana y se apaga a diferentes horas según la época del año, variando el fotoperíodo entre 10 y 14 horas. Al no enchufarse y apagarse la iluminación y la calefacción al mismo provocamos un efecto similar al del amanecer y el atardecer. Durante la noche la iluminación, lógicamente, está apagada, y lo mismo pasa con la calefacción, de modo que las temperaturas nocturnas bajan hasta unos 20ºC más o menos, lo cual es ideal para el bienestar de los animales. Cabe destacar que es imprescindible que el terrario cuente con una lámpara emisora de UV, como pasa con casi todos los reptiles diurnos, para un correcto metabolismo del calcio. Algo que puede beneficiar mucho a nuestros animales es pasar una parte del año en el exterior, para disfrutar de un clima real y de los efectos de los rayos solares naturales. Nuestros escincos bereberes pasan todos los veranos unos meses al exterior, y esto parece favorecerles en su estado de salud, así como a la hora de reproducirse.
- Alimentación: Si hay un aspecto donde los escincos bereberes demuestran su adaptabilidad es en su alimentación: comen absolutamente de todo. Nuestros ejemplares comen como base de la dieta todo tipo de insectos (grillos, langostas, cucarachas, tenebrios, zophobas, larvas de polilla de la miel, tebos…) y frutas variadas (plátano, melocotón, sandía, melón, kiwi, fresas, cerezas, uvas, albaricoque…). Además, de vez en cuando reciben verduras, como canónigos, zanahoria rayada, lechuga, diente de león o morera, así, como otro tipo de golosinas (caracoles, lombrices de tierra, pienso de perro, comida enlatada para gatos, ratones, carne…). Sin embargo, hay que decir que sus alimentos preferidos son las presas vivas, y parece estimularles su movimiento. Si en un mismo platillo ponemos, por ejemplo, frutas y gusanos, siempre comerán primero los gusanos. Además, para que coman ciertos alimentos hay que enmascararlos con otros. Por ejemplo, la verdura no les hace demasiada gracia, y es por eso que la mezclamos con fruta, comida para perros o gusanos, alimentos que les encantan, para que se la coman. La artimaña suele funcionar.Nuestros ejemplares suelen comer en días alternos y descansan el fin de semana. Esto les hace estar siempre medianamente hambrientos y suelen comer todo lo que les damos. Si están sobrealimentados pueden comer un poco y después rechazar la mayor parte de la ración. Además, así conseguimos que no se pongan obesos, lo que repercutiría negativamente en su salud. También hay que intentar ofrecer los alimento ricos en grasas solamente de vez en cuando, y no como base de la dieta.
Un par de días a la semana solemos mezclar el alimento con calcio y vitaminas. Como fuente principal de calcio utilizamos huesos de sepia pulverizados. Hasta el momento, y llevamos ya muchos años con estos animales, parece que esta costumbre es perfectamente válida, ya que los animales están totalmente sanos.
Fuentes:
http://www.hogarutil.com/mascotas/otras/reptiles-anfibios/200902/escinco-argelino-eumeces-algeriensis-6496.html
http://www.iguania.com/fichas_articulos/eumeces_algeriensis.php