No es una hormiga ni tiene nada que ver con un oso panda, salvo en el aspecto. Pero parece diseñada a partir de esos dos animales, como una especie de Frankenstein animal. En realidad se trata de una avispa de la familia mutilidae, insectos conocios como hormigas de terciopelo por el vello que recubre su cuerpo. Descrita por primera vez en 1938, enseguida recibió el apodo hormiga Panda (Euspinolia militaris) por su aspecto «parecido» al panda gigante. A pesar de su simpático y pacífico aspecto, tiene un potente aguijón para atrapar a sus presas. Es endémica de los bosques de Chile.
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