1) Ellas prefieren a los que saben hacer dos cosas a la vez
Las hembras de la especie arbórea gris (Hyla crysoscelis) prefieren a los machos cuyas señales reflejan su capacidad de hacer varias cosas a la vez. Los machos interpretan su balada de amor, una sucesión de ritmos con una duración media de entre 20 y 40 «trinos» por minuto, y las hembras eligen a los que consiguen hacer llamadas de apareamiento más largas y frecuentes, como una especie de baile y canción simultánea. Esto implica desarrollar al mismo tiempo dos habilidades diferentes. Solo consiguen a la «chica» los que demuestran ser multitarea.
2) Irse con «otro» causa interés
Para las «chicas» del pez Poecilia mexicana nada resulta más atrayente que un macho al que le guste otro macho. Un experimento realizado con estos animales evidenció que los peces «gays» que resultaban más sugerentes entre los machos, también atraían a las hembras, incluso más que sus «colegas» heteros, aunque estos fueran más grandes y coloridos.
3) Los machos sin sexo se dan al alcohol
Los machos que no consiguen mantener relaciones sexuales beben alcohol de forma compulsiva. Los científicos que afirman algo semejante lo han comprobado en moscas. Machos rechazados por hembras que ya habían copulado y otros que habían tenido más éxito son encerrados juntos en un contenedor con comida, una sin alcohol y otra con él. El resultado es que los machos rechazados optaron por la comida «bien regada» de forma mucho más considerable que sus compañeros satisfechos. La diferencia no solo se percibió en el comportamiento, sino también en los niveles delneuropéptido F en su cerebro. Las moscas rechazadas tenían niveles muy bajos de esa sustancia, lo que les llevó a buscar como recompensa beber hasta intoxicarse. El hallazgo podría tener una gran relevancia para hacer frente a la adicción.
4) Ellas prefieren los cortejos largos
El cortejo y los preliminares son importantes en cualquier especie, pero para un tipo de araña, la Argiope keyserlingi, son más que fundamentales. A las hembras de esta especie les gustan los agasajos. Según como el macho ejecute una danza amorosa accederá a mantener relaciones o no con él. Y lo que es más importante, decidirá si se lo come o no después. Si el amante quiere seguir vivo, deberá provocar unas vibraciones en la telaraña de forma lenta y cadenciosa. Los que se apresuran, no lo contarán después.
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