Cuando un gatito está enfermo, además de estar decaído, lo más difícil es hacer que se tomen su medicación. Ellos nunca van a ser conscientes de que deben medicarse y que es por el bienestar de ellos así que, nos toca a nosotros hacer que se tomen su dosis, ya sea una pastilla, un jarabe o una crema.
Hay medicinas únicamente diseñadas para gatos que muchas veces se comerán sin problemas como si fuese una croqueta más de su pienso y tan sólo deberemos quedarnos junto a ellos esperando que se la trague.
Pero muchas veces el veterinario emplea medicinas convencionales (para humanos), siempre en dosis más bajas, para curar determinadas dolencias, ¿qué podemos hacer entonces para engañarles y que se las tomen?
Si el medicamento es líquido la única solución es hacer que lo beban a la fuerza y esto sólo lo conseguiremos utilizando una jeringuilla.
- La jeringuilla tiene que estar limpia para su uso.
- Mejor usar jeringuillas no muy grandes que a nuestro gato puedan intimidarle menos.
- Intenta abrirle la boca utilizando tus dedos desde las comisuras de su boca.
- Envuelve a tu gato en una toalla para invomilizarle,evitaremos que nos arañe.
- Cuidado con las prisas: a veces nuestro gato puede estar muy nervioso y no dejarse, pero no podemos echarle un chorro demasiado abundante, corremos el riesgo de hacerle daño y terminará sin tragar casi nada.
Si el medicamento es una pastilla, podemos aplastarla hasta que se convierta en polvo y camuflarla en su comida, por ejemplo, un poco de paté. No se enterará y nos aseguraremos de que está recibiendo la dosis adecuada.