Se dice del gato que es el más salvaje de los animales domesticados.
Mucho más fiel al hombre, en el último siglo XX el gato doméstico comenzó a participar del mundo reglamentado de los humanos..
Liberado de la preocupación material de luchar por su supervivencia, más relajado por vivir en un mundo de comodidades, el gato dedica su tiempo a dejarse mimar y acariciar llegando a aparecer en él una nueva preocupación de tipo psicológico: la soledad.
Si antes simplemente se dejaba acariciar, el gato doméstico de hoy en día reclama comida, maúlla para que le abran la puerta. Utilizan nuevas invenciones expresamente hechas para ellos: gateras, arneses, rascadores, dispensadores de pienso.
Pero no debemos pensar por eso que el gato es un animal dependiente. Al contrario, la idea general es que el gato es un animal muy independiente y egoísta.
Y en parte esto es cierto porque la realidad que se esconde detrás de esta aparente sumisión es que el gato elige a su amo tras adivinar las afinidades posibles entre él y su protector.