Cambios en la conducta
Lo primero en lo que puedes fijarte es en su comportamiento. No es lo mismo un cachorro, que se pasa el día jugando, que un gato anciano, al que sólo le apetece dormir.
El gato empieza a interactuar con su entorno cuando cumple las tres semanas. Ahí comienzan los juegos, la sociabilización con los de su especie e incluso con otros animales y personas. Este periodo finaliza a las ocho semanas. Los comportamientos conflictivos comienzan entre los dos y los cuatro meses. Es en ese mismo momento cuando empiezan a sentirse atraídos por su mayor característica: la curiosidad.
Entre los cuatro meses y el año se da la madurez sexual.A esa edad, cuando se produce el celo (generalmente entre finales del invierno y la primavera) comienzan a marcar su territorio con orina impregnada de feronomonas.En esta fase hay que tener cuidado de que no salgan a la calle, y es el momento ideal para esterilizar y así evitar posibles problemas.
Cuando el gato cumple un año, y hasta los siete, se encuentra en su etapa adulta. Esto se nota en su comportamiento porque pasan menos tiempo jugando, y se vuelven más territoriales y dominantes.
En el paso de edad adulta a sénior se da entre los siete y los doce años, y el aspecto del gato es el mismo que durante la edad adulta, pero con aún menos ganas de jugar. Durante la tercera edad, a partir de los doce años, el gato cambia su aspecto y se nota en sus movimientos, en su disminución del apetito, en que pasa más tiempo durmiendo y que sus sentidos se deterioran.
Cambios en la piel
En los gatos mayores se dan cambios dermatológicos que pueden ayudarnos a conocer su edad. Los que tienen más de diez años, si sufren problemas de hipertiroidismo, pueden desarrollar un crecimiento exagerado de sus garras, se desgastan menos sus uñas y se clavan en sus espacios interdigitales.
El otro cambio se da en gatos mayores de 14 años: aparecen pelos blancos en la cara y el cuerpo. El pelo se vuelve más seco y se descama la piel. Esto se debe a que el gato dedica menos tiempo a acicalarse y a que la piel, con la edad, se deshidrata más.
Cambios en los dientes
Los gatos recién nacidos no tienen ningún diente. Tienen que pasar tres semanas para que empiecen a salir los dientes. Pero es que realmente, hasta que cumplen un mes, no los necesitan, ya que se deben alimentar de la leche de su madre. Es pasado ese tiempo cuando el gatito empieza a comer pienso o, en caso de gatos salvajes, lo que consiga cazar.
Cambios en la vista
Los gatos mayores también experimentan cambios en su vista. A los doce años aparece la atrofia iridal senil, en la que se ven los bordes de las pupilas irregulares y, además, espacios en el iris.
A partir de esa misma edad se empieza a notar la opacidad en el cristalino con la consiguiente pérdida de visión que sufre el gato. Esto se puede ver por el color azul grisáceo que adquiere el cristalino.