Las vacaciones en el campo ofrecen la posibilidad de dar largos paseos en campos tranquilos y grandes, donde los animales pueden pasear sueltos, sin peligro.
Al principio hay que estar muy atentos para que no se despisten y se pierdan, y estar atentos y llamarles si se alejan demasiado, ya sea por su nombre o con un silbido que conozcan. Debemos hacer esto hasta que aprendan a regresar usando el sentido del olfato y de la orientación.
Acampar en una zona de acampada libre conlleva ciertos riesgos. Los erizos, los alacranes, las serpientes y otros animales pueden hacer daño a nuestro perro. Hay que mantenerlo siempre a la vista y atarle con una correa durante la noche para evitar que se pueda hacer daño o escapar.
Si el animal no quiere pasear y hace mucho calor, no le obligues, dale mucha agua y si puedes mojalo para refrescarle. Evita las horas de máximo calor para hacer excursiones, ya que tu animal puede sufrir un golpe de calor.
Si vas a pasar varios días en el campo, podrías aplicarle algún producto para endurecerle las almohadillas de las patas.
Debemos ser respetuosos con las otras especies animales que encontremos durante nuestras excursiones, como vacas, ovejas, gallinas… Mantengamos a nuestro perro sujeto hasta que nos alejemos lo suficiente, de manera que no pueda asustarles ni molestarles.
En la playa
En la mayoría de las playas españolas está prohibido el acceso de animales durante la temporada de baño (de junio a septiembre). Esta información se muestra en las vallas informativas que se encuentran en los accesos a las playas, junto con el resto de las normas y servicios disponibles.
En caso de que en una playa se admitan animales, debemos evitar que el nuestro moleste al resto de los bañistas. Y es que el comportamiento de nuestra mascota representa a los ojos de los demás el comportamiento de todos los animales de compañía. Si no es posible evitar las deposiciones en la arena o en el agua, el propietario de la mascota deberá recogerlas en una bolsa y tirarlas a un contenedor de basura.
Si tienes la suerte de encontrar una playa desierta y quieres permanecer en ella por algunas horas a pleno sol, busca una sombra para tu perro y llévale agua fresca para que pueda beber. Muy importante: no le dejes beber agua de mar ya que le provocaría diarreas.
Recuerda que los perros saben nadar y, aunque al principio el mar les suele inspirar recelo, el ejemplo de su amo bañándose o el hecho de lanzarle su pelota al agua son alicientes suficientes para que se bañe. Si se resiste, no le fuerces podría cojerle miedo.
Después de una excursión a la playa, con o sin baño, es recomendable un baño de agua dulce para eliminar la arena y la sal del agua de mar.