La fórmula para ser un dueño perfecto es la siguiente:
70% Adiestrador + 30% Errores = Vínculo afectivo
Los desequilibrios
¿Qué pasa cuando no hacemos la formula bien? ¿O si alguna parte de la fórmula desaparece?
El primer ejemplo:
Algunos animales son adiestrados por un mecanismo y no por un entrenador. Esto tiene una gran ventaja, la máquina no comete errores y el animal aprende rápidamente que pulsando “esa palanca” recibe un premio de comida. Es un adiestrador perfecto… pero en cambio, el animal no establece ningún tipo de vínculo.
Segundo ejemplo :
Una mujer tiene un adorable perrito de talla pequeña y le da premios a todas horas, le está siempre hablando, mimando y lo lleva siempre en brazos. Le quiere muchísimo y el perro no se separa de ella, siempre a su lado ladrándole y llamando su atención. Pero, la mujer se queja porque su perro no le hace caso cuando le llama o le intenta enseñar alguna orden.
¿Cual es el problema? Sencillo: es un perro consentido.
Último ejemplo:
Una persona que se preocupa de que su perro esté bien educado, y cuando le baja a la calle juega con él, le premia si hace pipi dónde debe y si hace las cosas bien, etc. Pero una vez entra en casa,no presta atención al perro, pero eso sí, se ha tomado en serio no darle de comer fuera de horas, y todas esas cosas que le han explicado que hay que hacer y no hacer con un perro en casa.
Pero resulta que a pesar de sus esfuerzos por no mimar y maleducar a su perro, tiene un perro pesado, que no le deja en paz, le persigue o incluso muerde sus zapatos, le interrumpe cuando está haciendo su trabajo o sus tareas.
Pero también puede pasar todo lo contrario, el perro le obedece, acude a sus llamadas, pero el resto del tiempo “prefiere estar con los otros miembros de la familia, a mí no me quiere”.
¿Qué ha fallado? sencillo: demasiada parte de adiestrador (premio y no premio cuando debo,nunca premia porque sí). En muchos casos la persona sólo premia cuando considera que está entrenando a su perro, sin tener en cuenta que el adiestramiento de un perro dura 24 horas al día.
Conclusión
Los excesos nunca son buenos tanto en positivo como en negativo, aunque no debamos medir lo que hacemos exactamente, con esta fórmula podemos averiguar qué estamos haciendo mal cuando notamos que nuestra mascota no se comporta como nosotros esperamos.