¿Por qué quieren llamar la atención?
Nosotros somos los que controlamos los recursos y los suministramos. Intentar obtener esos recursos es lo que les hace intentar captar la atención del propietario. Es una forma de comunicación evolucionada a la actualidad: el perro ya no obtiene su recurso primario cazando y además han aprendido que si le doy mucho tiempo con la pata en la pierna a mi amo, quizá me gane un trozo de comida.
Un problema con solución
La necesidad de llamar nuestra atención puede llegar a derivar en problemas tan graves como estereotipias, agresividad o fobias. Por ejemplo, un hombre que tiene un dálmata con un déficit auditivo grave y, fue muy protegida desde pequeña. Cuando alguien va a su domicilio la perra es una caja de sorpresas: estereotipias, agresividad por miedo, ladridos estridentes, hiperactividad, etc. Lo más interesante es que el detonante que hacía que estallara en la demostración era la propia dueña, puesto que todo había sido reforzado por ella sin darse cuenta.
Por supuesto que debemos darles cariño, pero siempre en el momento correcto para que el animal no coja malos hábitos y lo confundamos premiando cosas que no queremos que haga,
Ni premio, ni castigo
Si el propietario da una respuesta negativa hacia el perro, es decir, un castigo, éste también lo va a tomar como una atención hacia él. El perro llega a preferir un castigo a que no se le preste atención. Cuando adopte comportamientos como la destrucción de ropa u objetos del propietario, mordida inadecuada,hiperactividad en el juego, el lanzar las patas delanteras hacia el dueño, la micción y defecación inadecuadas, la ansiedad, los miedos… Lo mejor es optar por ignorar a nuestra mascota hasta que deje de hacer esta conducta negativa.