La mayoría de los sucesos ocurridos por ataques de perros,se han relacionado con las denominadas razas potencialmente peligrosas (PPP), aunque «no existen razas peligrosas, sino casos puntuales de violencia canina».
¿Por qué son agresivos algunos perros?
La agresividad en los perros ha de entenderse como un conjunto de factores ambientales, genéticos, individuales, fisiológicos, instrumentales y hasta patológicos. Como consecuencia de este fenómeno, se pueden encontrar distintos grados de violencia canina que siempre deben ser tratados por especialistas.
Los problemas de agresividad son el principal motivo de consulta.También hay que añadir que los accidentes más graves y habituales los sufren los niños, ya que no son realmente conscientes de las amenazas previas al ataque del perro. Un conocimiento del lenguaje corporal de los canes puede evitarnos muchos sustos. Es de vital importancia conocer cómo se establece la jerarquía en la manada y las reglas que la mantienen en armonía.
El aprendizaje y la genética
Los comportamientos agresivos provienen principalmente del aprendizaje, aunque en algunos casos existe un origen genético. Este último supuesto, nos llevaría a hablar de las razas potencialmente peligrosas.Se han puesto en marcha numerosas normativas que obligan a sacar a los perros nominados como potencialmente peligrosos con correa y bozal, pasar un examen psicológico antes de adquirirlas o tener que contratar un seguro de responsabilidad civil.
Considerando el componente de aprendizaje, puede decirse que la agresividad es culpa del propietario.Cualquier raza puede ser agresiva debido a la ignorancia, falta de paciencia y desidia del dueño.
La importancia de la prevención
Los problemas de agresividad se pueden prevenir siempre y cuando el propietario considere tres aspectosfundamentales. El primero de ellos hace referencia a la cría y socialización del cachorro. Una inadecuada educación nos puede llevar a comportamientos agresivos.Por ello, es importante evitar destetes prematuros y garantizar un adecuado contacto del cachorro con personas, niños y otros animales.
También tiene relación la utilización del castigo y la recompensa. Es esencial aprender a premiar y reprender de manera correcta la conducta del perro, el castigo nunca debe ser físico y debe aplicarse sólo si el animal es sorprendido en el acto. Por último, el diagnóstico precoz de los problemas de agresividad es muy importante, puesto que cuanto antes se detecten será más sencillo controlarlos.
Cuando adquirimos un perro, independientemente de la raza, es fundamental ser conscientes de la responsabilidad que tenemos como dueños del animal. Por ello, tendremos que vigilar la educación de nuestro perro, consultar cualquier problema con nuestro veterinario o acudir a un etólogo.