Hay un refrán que dice que la variedad es la salsa de la vida, y esto también puede aplicarse a la manutención de los gecos diurnos. O, por lo menos, en lo que respecta a su alimentación. Como ya vimos anteriormente, los gecos (Phelsuma) tienen una dieta muy especializada en la que, según las especies, se incluyen ciertas cantidades de néctar de flores o jugos de frutas.
Sin embargo, la parte más importante de su dieta la constituyen los insectos y otros pequeños artrópodos. Entre los insectos apropiados para la alimentación de estos saurios podemos incluir los grillos, las polillas de la cera y sus larvas, las drosófilas ápteras (para las crías),y lo que solemos denominar como “plancton de la hierba”.
Esto último no es más que el conjunto de pequeños insectos y arácnidos que se recolectan al pasar un salabre sobre la vegetación de un jardín o del campo, y probablemente sea el mejor alimento para nuestros animales. Sin embargo, se corre el riesgo de introducir también algunos parásitos y de que los insectos recolectados hayan podido estar contaminados por insecticidas.
Los gecos diurnos, tanto si han sido capturados en origen como si han nacido en cautividad, no tienen defensas contra los parásitos de un país extraño para ellos, por lo que podrían enfermar gravemente o incluso morir por causas que apenas afectarían a la herpetofauna local. La única forma de asegurarse de que los insectos capturados en el campo no sean perjudiciales para nuestros reptiles consiste en congelarlos durante un mínimo de dos semanas, pero dado que los gecos diurnos suelen perseguir a sus presas y son los movimientos de éstas los que los excitan, no suelen aceptar “bichos congelados”. De todos modos, a veces hay algunos ejemplares que sí los aceptan. Si usted se decide a darles “plancton de la hierba” vivo, deberá hacer que un veterinario examine regularmente sus excrementos para intentar detectar la presencia de posibles parásitos.
Un alimento que hay que evitar totalmente, o reservarlo únicamente para casos de emergencia, son los gusanos de la harina. Los gusanos de la harina (larvas del coleóptero Tenebrio molitor) suelen causarles dos problemas a los gecos diurnos; el primero es que estos saurios apenas pueden digerir sus exosqueletos quitinosos, y sus acumulaciones les producen graves trastornos intestinales. El segundo problema es que los gusanos de la harina son muy grasos, y estas grasas tienden a provocar obesidad en nuestros lagartos a la vez que absorben nutrientes tan importantes como las vitaminas D y E.
Los insectos tales como los grillos y larvas de polilla de la cera son unos alimentos perfectos, siempre y cuando los complementemos con las adecuadas dosis de minerales y complejos polivitamínicos.
De hecho, los complementos de vitaminas y minerales son otro de los factores críticos para la salud y la reproducción de los gecos diurnos. Para mantenerlos sanos es imprescindible administrarles un buen complejo polivitamínico, pero además hay que proporcionarles también un suplemento de calcio. Muchos criadores emplean concha de sepia en polvo o fosfato dicálcico, pero es mejor recurrir a los preparados comerciales especiales para reptiles.
Siempre que demos de comer a los gecos diurnos habrá que espolvorear previamente el alimento con el calcio y las vitaminas. A algunos criadores les preocupa la posibilidad de sobrealimentar a sus animales con todos estos complementos, pero por mi parte nunca he podido apreciar síntomas de hipervitaminosis en ninguno de los muchos gecos diurnos con los que he trabajado. Es posible que alguna vez se les proporcione un exceso de calcio, pero, insisto, no he visto nunca ninguna enfermedad causada por este motivo. De hecho, la carencia de calcio es uno de los problemas más habituales en los gecos diurnos. Mi recomendación es que, además de espolvorear los alimentos con calcio, se coloque en el terrario un pequeño platillo con el suplemento de este mineral al alcance de losgecos. Éstos suelen consumir el polvo que se les ofrece, y es vital para las hembras en período de reproducción.
Además de insectos, usted deberá darles a sus gecos diurnos algún tipo de néctar o fruta. He podido comprobar que a todos los Phelsuma les encantan los “potitos” para bebés a base de melocotón, albaricoque, o plátano. Una mezcla que da muy buenos resultados es la siguiente: a 30 gramos de “potito” de frutas se le añade un cuarto de cucharadita de complejo polivitamínico en polvo (0,25 cm3 si es en líquido) y otro tanto de calcio en polvo, y se remueve hasta conseguir una papilla homogénea. Ponga una pequeña cantidad de esta papilla en un platito plano y colóquelo en el terrario. Los gecos no tardarán en descubrirlo y comerán con gran avidez. Es probable que usted haya oído decir que a los gecos diurnos les conviene comer miel con vitaminas y calcio, y no hay duda que la miel les encanta. Sin embargo, no es recomendable darles siempre miel pues ésta contiene una excesiva cantidad de azúcares y los gecos acabarían padeciendo de obesidad. Los gecos obesos se reproducen mal y su descendencia suele ser menos fuerte que la que procede de animales más esbeltos.
A los ejemplares adultos hay que darles insectos dos veces a la semana, pero a los menores de seis meses deberemos alimentarlos a diario. La papilla de frutas se les dará una vez a la semana, tanto a los adultos como a los juveniles.
Fuente: mundoanimalia.com