Respondiendo a una definición sobre la piedra calefactora para reptiles diremos que es una reproducción artificial de lo que puede ser una roca, que lleva dentro una resistencia eléctrica y que al enchufarla a la corriente emite calor. Hasta aquí creo que la cosa queda definida y es sencilla de entender. Pero este elemento que forma parte de muchos terrarios (especialmente en terrarios para iguanas) es un artículo que genera gran controversia en el mundo de la herpetología, y que tiene sus defensores y sus detractores. Una piedra calefactora mal empleada puede ocasionar grandes quemaduras y heridas internas en todo tipo de reptiles.
Como todos sabemos los reptiles son animales de sangre fría que necesitan (y buscan ansiosamente) la fuente de calor más cercana que les permita regular su temperatura corporal. En terrarios en los que la temperatura es relativamente baja y el punto de calor más alto es la piedra calefactora, la nota dominante a la hora de que el reptil vaya a asolearse será precisamente dicha roca calefactora. La predominancia de calor en dicho punto del terrario hará que nuestra mascota pase horas encima de dicho punto. Esto puede ocasionar graves quemaduras internas y externas si no tomamos precauciones a la hora de utilizar este accesorio calefactor.
La principal precaución a la hora de utilizar este dispositivo es NO utilizarlo como principal foco de calor, sino como complemento al resto de puntos de calor. Deberemos enchufarlo a un termostato para así poder graduar la temperatura (incluso podemos, a su vez, enchufarlo a un temporizador para graduar también las horas de exposición). La forma natural en que los reptiles reciben la calos es desde arriba, y sólo cuando empieza a atardecer las rocas que han pasado todo el día calentándose al sol retienen unas horas el calor. Es quizás entonces cuando debemos enchufar la piedra calefactora, siguiendo en lo posible el curso natural de la naturaleza.
Para aquellos que no disponen de termostato para regular la temperatura existe un truco muy sencillo que protegerá del calor directo a nuestro reptil (en este caso una iguana verde); no es más que recubrir la totalidad de la piedra calefactora con un calcetín viejo. El calor se disipará y la piel del reptil no quedará directamente expuesta sobre el material de la roca calefactora.
Debemos asegurarnos de que dicho calcetín no queda holgado, sino bien apretado para que las uñas de nuestra mascota no se enganchen en el tejido y pueda desgarrarlo o incluso morderlo. En el extremo del cable, por seguridad, ataremos una brida de plástico para que no se escape.
La piedra calefactora no debería usarse sin termostato y debe vigilarse siempre al animal y su comportamiento dentro del terrario. Si nuestra mascota pasa demasiado tiempo encima de ella es señal de que la temperatura del terrario donde habita es incorrecta y deberemos hacernos con un foco calefactor de más potencia. Es importante no utilizar dicha piedra calefactora como único punto de calor, sino como hemnos dicho, como complemento del resto de accesorios.
Son muchos los detractores de la piedra calefactora dentro del mundo de la herpetología, pero si la usamos con cabeza y extremamos las precauciones no tiene por qué suceder nada anormal. Las lesiones vienen cuando dicho accesorio es utilizado de forma indiscriminada como fuente de calor no alternativa y a altas temperaturas. Si seguimos las pautas que hemos descrito en este artículo vuestro reptil no sufrirá daño alguno.
Fuente: http://www.elterrario.com/iedra-calefactora-para-reptiles/