Como a todo ser vivo, tu gato puede tener algunas enfermedades a lo largo de su vida. Aunque nosotros le intentemos dar la mejor alimentación y los mejores cuidados a nuestro felino, es inevitable que coja algún virus.
Para saber si presenta alguna enfermedad podemos prestar atención a su comportamiento durante esos días y si ha cambiado algo en su cuerpo. A continuación te enseñamos algunos trucos para detectar alguna posible enfermedad.
Podemos fijarnos en su pelaje. El gato es un animal que no necesita que lo bañemos, ya que él mismo se encarga de su higiene. Si notamos que está descuidando su aseo es porque no se encuentra bien. También debemos prestar atención si aparece caspa, ya que puede ser síntoma de estrés. Si se rasca mucho o se le cae el pelo acude al veterinario. Tal vez, notes que tiene todo el cuerpo limpio excepto la parte del lomo que estás más sucio y áspero. Esto puede ser por dos cosas, que el gato esté gordo y no pueda girarse para llegar a esa zona o que tiene algún dolor que le impida moverse.
Otra zona en la que nos podemos fijar es en las orejas. Normalmente, siempre están limpias, con un tono rosado. Si notas que empiezan a aparecer manchas negras, se rasca mucho esa zona o incluso, que las orejitas están más caídas de lo normal, puede tener alguna infección o ácaros.
Con respecto a la nariz y los ojos, tendremos que prestar atención a la aparición de legañas. Los animales, sobre todo, los gatos y los perros suelen tener, a veces, legañas alrededor de los ojos, pero éstas son de color negro o marrón muy oscuro. Si por el contrario, notas que las legañas son de un color blanco amarillento o verdosas o que, simplemente, tiene los ojos continuamente llorosos es mejor que acudas a tu veterinario porque es señal de que algo no va bien.
Pero no sólo nos tenemos que fijar en las señales que nos de su cuerpo, sino que también, pueden producirse cambios en el comportamiento y en el desarrollo de las tareas diarias, como por ejemplo que el gato empiece a hacer pis o caca fuera de su arena, que tenga un comportamiento más agresivo de lo habitual o todo lo contrario, que esté demasiadotranquilo, sin querer moverse mucho.
Si notas algunos de estos síntomas es recomendable que acudas al veterinario lo antes posible, ya que si actuamos con rapidez podemos hacer que la enfermedad no sea tan grave y con el tratamiento de su médico pueda volver a ser un gato completamente sano
Fuente: facilisimo.com