El gato no es un perro pequeño que se cuadra ante el amo. El método para hacer que obedezca es un poco de astucia mezclada con un pellizco de diplomacia y acompañada de una gran pizca de amor y mucha psicología.
¡Palabra de gato!
Si su gato le obedece, no es porque usted así lo quiere, sino porque él realmente lo desea. ¡El arte del buen educador felino consiste en convencerle de que lo quiere!
Las 3 reglas de oro:
– ¿Cómo puedo evitar que mi gato me arañe o me muerda?
Alrededor de la 5ª semana, al cachorro le empiezan a salir los dientes de leche y sus mordeduras resultan dolorosas. Si no controla su mordedura cuando mama o durante los juegos, la madre lo castiga. Con la pata le da un golpe en la punta de la nariz, o le atrapa la cabeza con sus patas delanteras y le araña el abdomen con sus patas traseras. De igual manera regula los juegos entre cachorros Cuando un gatito grita porque le han mordido, su madre acude en su ayuda y castiga al culpable. Así, en contacto con su madre y sus hermanos y hermanas, el cachorro aprende a dominar su motricidad, a controlar su mordedura y a retraer las uñas.
Cuando el gatito llegue a su casa, usted debe imperativamente proseguir este aprendizaje, incluso aunque el daño que le haya hecho sea leve. Si su cachorro le mordisquea o rasguña, sóplele ruidosamente en el hocico para imitar el bufido de su madre, o dele, como ella, un ligero cachete en la nariz y detenga el juego. También puede ponerlo con gatos adultos, que lo castigarán en caso de una mala conducta.
– ¿Cómo enseñarle a responder a su llamada?
Es la primera orden y la más fácil de enseñar. Le permite encontrar rápidamente a su gato, indispensable si le deja libre acceso al exterior. A partir de las 8 semanas ya puede enseñárselo. Cuando esté preparando el plato de su gato, diga su nombre o alguna onomatopeya tipo «mis, misi o pssss». Para llamar a su gato en la distancia, puede ser útil asocial la llamada a un silbido o a cualquier otro tipo de ruido.
Seducido por el olor de su comida, su gato acudirá rápidamente. Con independencia de lo que tarde en llegar, una vez a sus pies, acarícielo, felicítelo y dele su comida: para él será la mejor recompensa. Más tarde, utilice la orden para hacer que se acerque en otras ocasiones y recompénselo con una caricia, una golosina o su juguete preferido. Cuando haya asimilado bien la orden, entréguele su recompensa, de manera intermitente para mantener su motivación.
¿Cómo evitar que mi gato me despierte por la mañana?
A los gatos les gusta cazar ratones al alba. Si no ha instalado una gatera o su gato no tiene la posibilidad de salir, es más que probable que un día comience a arañar o a saltar delante de la puerta para despertarle. Si duerme con usted, tendrá derecho a muchos ronroneos, masajes, lameduras y otros mimos afectuosos que muy pronto le sacarán del sueño. Si usted obedece y se levanta para abrirle la puerta del jardín o ponerle la comida, su gato, recompensado por sus besitos matinales, volverá a hacerlo todos los días. Y para él no cuentan los fines de semana ni el horario de invierno o de verano. Para evitar esto, es indispensable tomar algunas medidas:
– No duerma con su gato. Lo mejor es no empezar, aunque sea agradable.
– Practique la ‘extinción’. Esta terapia conductista consiste en suprimir la recompensa asociada a un comportamiento indeseable. En este caso concreto, no responda a sus ejercicios de vocalización y rascaduras múltiples en la puerta. Al cabo de algunas semanas entenderá que su técnica no funciona y abandonará su práctica. Intente no desanimarse antes que él, puesto que al principio puede llegar a ser aún más ruidoso para atraer su atención.
– Procúrele un terreno de juego, instale una gatera y déjele su comida en el autoservicio.
Fuente: facilisimo.com