En primavera, el campo se llena de espigas. Por su estructura, las espigas tienen la capacidad de moverse, por lo que una espiga que entra en contacto con el pelo de nuestro perro podría llegar a penetrar su piel si no tenemos cuidado.
La mejor forma de evitarlas es la prevención. Evitaremos que nuestro perro camine por zonas donde haya abundantes zonas de espigas, y deberemos revisar bien la piel de nuestros perros después de cada paseo.
Deberemos prestar especial atención a las zonas: ojos, oídos y almohadillas ya que suele ser estas zonas donde con mayor frecuencia se encuentran.
Si la espiga esta clavada no debemos intentar sacar la espiga por nuestros propios medios, en este caso deberemos acudir al veterinario.
Si la espiga no está clavada, podremos quitarla nosotros directamente con los dedos o con una pinza. Desinfectaremos con un poco de yodo rebajado en agua para dejar esa zona limpia.