Los juegos de olfato siempre han formado parte de nuestra relación con los perros, aunque quizás los relacionamos más con los perros que se dedican a actividades como la detección de sustancias, rastreo, rescate…
A los perros les gusta oler, con ello investigan el entorno, pero también se divierten y relajan.
Los juegos de olfato son una forma de interactuar y jugar con nuestro perro usando uno de sus sentidos más desarrollados. Con estos juegos nuestro perro mantendrá su atención, llegando a relajarse por completo.
¿Y en que consisten?
En poner un objetivo a buscar por nuestro perro. Y no cualquiera, sino algo que le guste mucho, ya que lo mejor de estos juegos está en que nuestro perro tenga muchas ganas de buscar “el premio”. Podemos empezar esparciendo premios por el suelo, nuestro perro tendrá que buscarlos y terminárselos todos.
Después podemos empezar a poner premios en cajas o encima de una silla…
La dificultad será mayor y nuestro perro tendrá que aumentar su concentración para dar con el premio. También podemos esconder su juguete favorito e incitándole a buscar.
Incluso podemos salir a la calle y restregar en árboles diferentes olores, nuestro perro tendrá que investigar y descubrirá nuevos olores información que antes no había en esos árboles.
Estos juegos exigen que empecemos poco a poco.
Al ser un juego que exige concentración no podremos pedir a nuestro perro que encuentre su juguete desde el sitio más difícil o que vaya a oler todos los árboles a la vez.
Deberemos ir aumentando la dificultad según vaya superando niveles, de lo contrario nuestro juego puede convertirse en algo muy frustrante por el cual nuestro perro pierda cualquier tipo de interés.