Al igual que los padres y madres orgullosos de sus hijos, los dueños de perros y gatos también llenan con centenas de fotos sus móviles.
También tienen una alimentación muy cuidada, y hasta se les llama con apodos como «mi niño» o «mi cosita bonita».
Estos perros y gatos han sido bautizados como «perrihijos» o «gatihijos», por la cantidad de atenciones que reciben.
Una de las características que marcan la relación entre personas y sus mascotas es lo que los científicos llaman efecto de base segura, un sentimiento también presente entre padres e hijos pequeños.
¿En qué consiste?
Los bebes humanos utilizan a sus progenitores como un amortiguador seguro, que les protege cuando deben interactuar con su entorno.
Los investigadores han comprobado que este efecto de seguridad se repite de un modo muy similar con nuestras mascotas.
El estudio constata así lo que muchas personas que viven con estos animales ya sienten: la existencia de un amor muy paternal por sus peludos compañeros.
La situación económica,hace que cada vez más parejas retrasen (o renuncien) a la paternidad; un hueco que en muchas ocasiones cubren nuestros animalitos.