Cini es un jack russell terrier que se ha convertido en el seguro de vida de su dueña Lidia, de 19 años que sufre diabetes tipo 1 desde pequeña.
Con unos 20 minutos de antelación y gracias a su olfato, esta perra es capaz de detectar si Lidia va a sufrir un bajón o una subida de azúcar.
En estos dos años que llevan juntas, Cini la ha salvado en más de una ocasión.
En su caso el páncreas dejó de producir insulina de forma natural después de que Lidia sufriera escarlatina, una enfermedad infecciosa que suele darse en niños y que presenta síntomas similares a la varicela.
Su función es «chivarse»: «Ella avisa en ese momento exacto en el que la glucemia es necesaria, y yo me miro el azúcar para tomar las medidas. Por eso es fiable, porque no me dice qué tengo que hacer, sino cuándo lo tengo que hacer», explica Lidia. Está adiestrada para ello.
Su perra fue la primera en España en ser capaz de marcar tanto bajadas como subidas de azúcar.
Para enseñarles solo utilizan técnicas en positivo.Se les premia cuando lo hacen bien. Durante los primeros meses, les van dando a olfatear diferentes muestras para que sean capaces de detectar las hipo y las hiperglucemias.
Y con mucha «paciencia y cariño» se les recompensa cuando son capaces de reconocerlas.